AKA TOP SHELF PERVERTS (20 DE NOVIEMBRE DE 2015) -AVISO SPOILERS-
Kilgrave (David Tennant) está enamorado de Jessica Jones (Krysten Ritter). No es tan descabellado. Solo alguien que dice quererte puede ser tan destructivo y cruel como el villano de esta serie. La crueldad de Kilgrave no tiene límites y obliga al vecino -enamorado- de Jessica a suicidarse. Ruben (Kieran Mulcare) era el típico personaje secundario sin malicia destinado a morir. A darnos pena. Su pérdida debería comprometer -todavía más- a la heroína en su misión. Pero no es así. Jessica toma una decisión desesperada que podría llevarla a la autodestrucción: entregarse a la policía como la culpable de los crímenes de Kilgrave. Una estrategia que debemos leer como el sentimiento de culpa por la muerte de Reva (Parisa Fitz-Henley), de la que se siente responsable. ¿Quién salva a Jessica de lo que parece un grave error? Sus compañeros -Trish (Rachael Taylor) y Malcolm (Eka Darville)- se ensucian las manos para ayudarla, encubriendo la muerte de Ruben; pero es el propio Kilgrave el que evita que Jessica entre en prisión. En una demostración escalofriante de su poder, controla a todos los policías de la comisaría... y luego le confiesa su amor a Jessica, que parece completamente anulada. Estamos ante una historia bastante elaborada de abuso de pareja llevada al extremo gracias a la premisa fantástica de un subgénero como el superheróico. Los imposibles superpoderes de Kilgrave permiten que la historia de una relación tóxica se convierta en una pesadilla capaz de exacerbar nuestra imaginación.
Lo que diferenciaba a los superhéroes de Marvel Comics en los años sesenta de los clásicos personajes de DC Comics -Superman, Batman, The Flash- era su lado humano. En un acto egoísta, Spiderman dejaba ir a un criminal que luego mataría al tío de Peter Parker. Los Cuatro Fantásticos se pasaban la vida peleándose entre ellos mismos. El Capitán América se sentía mucho menos integrado en su propio país que un extraterrestre como Superman en la Tierra. Ese lado humano de los superhéroes de Marvel puede llevarnos a desaprobar ocasionalmente su conducta. Aquí, Jessica Jones amenaza a la exmujer de la abogada Jeri Hogarth (Carrie-Anne Moss) y pone en peligro su vida. Incluso los superheroes la cagan.
Siempre me ha gustado cómo en los cómics se crea una historia de ficción para justificar hechos -editoriales- de la vida real. El mejor ejemplo es el Capitán América, personaje muy popular en los años 40, que al acabar la Guerra dejó de ser publicado por falta de ventas. En los años sesenta, Stan Lee quiso recuperarle para Los Vengadores, pero se sintió en la necesidad de explicar por qué el Capi había desaparecido durante tantos años. A Lee se le ocurrió que el héroe había estado congelado todo ese tiempo. Algo similar ocurre con Patsy Walker, un personaje que protagonizó cómics románticos en los años 40, pero que en los 70 fue reconvertida en la superheroína Gata Infernal. Me ha encantado cómo los guionistas de esta serie reinterpretan esto y convierten a Patsy Walker en una estrella infantil de la televisión reconvertida en presentadora -Trish- de un talk-show serio.
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