JUEGO DE TRONOS -TEMPORADA 8 -INVERNALIA



¡AVISO SPOILERS!

Los primeros minutos de la última entrega de Juego de Tronos son puro fan service: el reencuentro de personajes -los Stark- que se habían separado prácticamente desde la primera temporada y que teníamos ganas de volver a ver juntos. Reuniones emocionantes para el fan, equiparables a volver a ver a Han Solo en El despertar de la Fuerza o a el Capitán América en la última de Los Vengadores. Las grandes franquicias tienen el trabajo de emocionar al espectador casi hecho. Eso sí, reconozcamos el mérito de la creación de estos personajes, con gran calado popular, primero a George R. Martin y luego a sus adaptadores televisivos, David Benioff y D.B. Weiss, capaces, además de encontrar a los actores ideales para encarnar a Jon Snow (Kit Harington), Arya (Maisie Williams), Sansa (Sophie Turner) o Tyrion Lannister (Pete Dinklage). Los primeros minutos de este capítulo, sirven entonces para eso: para situarnos, en Invernalia, y poder ver abrazos, dragones en el norte, y recordar la amenaza de los caminantes blancos, que ya han traspasado el Muro -una terrorífica escena gore así lo muestra-. Está última temporada de Juego de Tronos se beneficia de que la trama se centra en una amenaza clara, reúne a casi todos los personajes en un mismo lugar, y parece avanzar sin pausa. Nada de digresiones. Pero también perdemos el sentido de la sorpresa, de la aventura, de la maravilla, que teníamos cuando cada personaje recorría el mundo creado por Martin en una dirección diferente, sin que pudiéramos predecir lo que iba a pasar después. Estamos, entonces, en la recta final. Y los 5 episodios que quedan se nos van a hacer cortos. Veo este capítulo muy medido. Se han esmerado en que aparezcan, aunque sea brevemente, casi todos los personajes. También se nota el empeño en incluir todos los elementos que han hecho que esta ficción sea un éxito: hay espectáculo, en la llegada del ejército de Daenerys (Emilia Clarke) a Invernalia, y en el vuelo de los dragones por acantilados helados; hay sexo -la escena de Brann (Jerome Flynn)- y algo de violencia. Nuevas interacciones muy interesantes nos hacen prensar que esta serie daba para más: el romance entre Jon y Daenerys, la rivalidad entre esta última y Sansa. Pero son las viejas rencillas las que parecen interesarnos verdaderamente: la mirada de Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau) a Bran (Isaac Hempstead Wright) es impagable. Y cuando todo parece claro, Samwell (John Bradley) comunica a Jon Snow la gran revelación que puede cambiarlo todo. ¿La esperabais tan pronto? No hay riesgo en este primer episodio de la última temporada de Juego de Tronos. Pero es que tampoco hace falta. Nos tienen ya ansiosos de ver la segunda entrega. Mi puntuación para este capítulo es relativamente baja, 7/10 ¿Y a vosotros? ¿Qué os ha parecido?

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