No es mi tipo gira alrededor de una pregunta muy sencilla a la que es muy complicado responder. ¿Por qué nos enamoramos? O más bien ¿Por qué nos enamoramos de la persona equivocada? La solución puede estar en un breve diálogo entre el protagonista, Clément (Löic Corbery), y una admiradora de su obra como filósofo, que establece el amor como algo visceral, que antecede a la palabra, incluso al pensamiento. Solo así se explica que Clément, un parisino intelectual y profesor de filosofía, pueda empezar una relación con Jennifer, una peluquera de provincias deliciosamente interpretada por Émilie Dequenne, que consigue que nos enamoremos de su ordinaria pureza de madre soltera. Lo que propone el belga Lucas Belvaux -siguiendo una novela de Phillipe Vilain- es algo así como la historia de amor -¿Imposible?- entre el protagonista de Mi noche con Maud (Eric Rohmer, 1969) y la de El diario de Bridget Jones (Sharon Maguire, 2001). Él se expresa leyendo párrafos de Kant, ella lo hace cantando en un karaoke. Lo que parece una mezcla imposible funciona gracias a la sabiduría narrativa de Belvaux y sobre todo a la hermética interpretación de Corbery, que nos mantiene en ascuas a nosotros -y a Jennifer- sobre sus verdaderos sentimientos. Nunca una historia de amor me había hecho dudar tanto sobre su posible desenlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario