NACHO (16 DE FEBRERO) -AVISO SPOILERS-
Nacho comienza con un flashback del pasado de Jimmy (Bob Odenkirk) que revela más sobre su relación con su hermano Chuck (Michael Mckean). Un pasado delictivo que contradice su empeño actual por mantenerse en la legalidad y le da un tono trágico a la serie: porque ya sabemos que el destino del abogado es mezclarse en negocios más bien turbios. Ya hemos visto Breaking Bad.
Al volver a la actualidad, nos encontramos con una secuencia que es un buen ejemplo del estilo narrativo que marca la serie. El protagonista, Jimmy, sabe que el narcotraficante Nacho (Michael Mando) planea robar a los Kettleman, una familia de estafadores. Esa información hace que Jimmy tenga problemas de conciencia. Pero esto no se comunica al espectador a través de diálogos, sino con acciones que el personaje realiza para resolver su conflicto interior. Nosotros, como espectadores, somos testigos de esas acciones, sin saber exactamente qué significan o hacia dónde llevarán a Jimmy. Vemos primero al abogado jugando con una caja de cerillas que le ha dado Nacho. Pensamos que quizás piensa llamarle para ser su cómplice. Pero no. Se trata justo de lo contrario. Luego vemos a Jimmy desenrollar papel de cocina para hacerse con el cilindro de cartón de su interior. Coge además una goma de coleta y un trozo de papel ¿Para qué hace todo eso? Lo importante es que los guionistas han sabido mantenernos intrigados durante minutos para luego revelar que Jimmy necesitaba esos materiales para confeccionar un rudimentario filtro para distorsionar su voz al llamar a los Kettleman. Descubrimos entonces que solo quería prevenirles de las intenciones de Nacho. Lo mejor de todo es que el filtro no funciona... o funciona demasiado bien porque distorsiona tanto la voz de Jimmy que no se le entiende al hablar.
Este estilo narrativo, puramente cinematográfico, es lo que hace que Breaking Bad o Better Call Saul destaquen por encima de otras series de "calidad", que no lo son tanto. Otro buen ejemplo de esta superioridad es el ritmo narrativo de BCS, mucho más pausado de lo normal en la ficción televisiva. Este episodio, Nacho, tiene como tema recurrente las llamadas telefónicas... y la espera. Jimmy, temeroso de la seguridad de los Kettleman, llama a Nacho y luego espera su respuesta. Y con esa espera juegan los creadores de la serie, estirando el tiempo con el fin de crear tensión. Esta narración dilatada me hace pensar inevitablemente en Sergio Leone y sus spaghetti westerns con su ritmo contemplativo importado de las películas de samuráis de Akira Kurosawa. Curiosamente, tras tanta espera, el propio Nacho le da 24 horas a Jimmy para sacarle de prisión. Primero el tiempo se estira hasta la desesperación, y ahora cada minuto cuenta.
El conflicto del episodio se resolverá gracias a la primera pieza de la futura alianza entre Jimmy y Mike (Jonathan Banks) con el que hasta ahora había mantenido un enfrentamiento similar al del Lobo Ralph y el Perro Pastor Sam en los dibujos de la Warner Bros. Mike le dará a Jimmy la pista que necesita y eso nos llevará al cliffhanger que suele mantenernos ansiosos a la espera del siguiente episodio.
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