LA HABITACIÓN (LENNY ABRAHAMSON, 2015)


El título en castellano de Room no solo es desacertado, quizás, incluso, traiciona el espíritu de la película que intenta definir en nuestro idioma. Ese "La" delante de "habitación" evita transmitir el concepto que la palabra -sin el artículo- tiene para una madre (Brie Larson) y un niño (Jacob Tremblay). Para ellos, "habitación" es todo. Como si una madre pudiera vivir dentro del útero con su hijo. Lo que hace que Room sea una de las mejores películas de 2015 es que agota todas las posibilidades de su título. "Habitación" es las mentiras que les contamos a nuestros hijos para protegerles. Es el lugar donde los protagonistas se esconden de un monstruo que lamentablemente representa el mundo exterior y nuestra sociedad entera. Narrada desde la perspectiva del pequeño Jack, la película supera a las otras candidatas al Oscar a la mejor película al conseguir que el espectador se comprometa totalmente con sus protagonistas. Pocas veces he temido tanto que algo malo pudiese ocurrirle a unos personajes. Eso hace que la historia -una adaptación de la novela del mismo título hecha por su propia autora, Emma Donoghue- sea emocionante en prácticamente todas sus escenas. Si Brie Larson consiguió una nominación al Oscar como mejor actriz es en parte por aguantar el tipo delante de un niño prodigio como Jacob Tremblay. Es difícil hablar de Room, porque descubrir la verdadera naturaleza de su argumento es en parte el secreto de su poder y de su efectividad como historia. Pero se trata de una película diferente, en la que descubriréis que "habitación" no son solo cuatro paredes físicas.

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