A LITTLE SONG AND DANCE (23 DE FEBRERO DE 2016) -AVISO SPOILERS-
La imagen de la agente Carter (Hayley Atwell) en blanco y negro nos sorprende gratamente: era lo que le faltaba a esta ficción para ser decididamente retro y algo más elegante. Me habría encantado que todo la serie fuera así. Pero se trata solo de una pequeña escena, como de cine negro, que nos muestra a Peggy reencontrándose con su hermano muerto -una tragedia que es el origen de su vocación como heroína- y enseguida vuelve el color para mostrarnos una elaborada secuencia musical en la que la protagonista se debate entre dos amores. La idea de comenzar así el episodio es muy buena, aunque su energía transgresora se anule inmediatamente por tratarse de una ensoñación de Peggy, inconsciente tras haber sido capturada por sus enemigos.
A partir de esa escena inicial -que intenta desesperadamente ser original- Peggy Carter y Edward Jarvis (James D'Arcy) emprenden la huida, perseguidos por los mafiosos de Manfredi (Ken Marino) y por los agentes renegados de la SSR capitaneados por Vernon Master (Kurtwood Smith). En esta huida se pone a prueba la amistad entre Peggy y Jarvis, que se echan en cara lo sufrido durante las dos temporadas y sobre todo el que An Jarvis (Lotte Verbeek) haya caído herida. Estos momentos dramáticos -si bien escasos durante la serie- son la gran debilidad de Agent Carter, que nunca ha conseguido construir personajes realmente carismáticos más allá de su protagonista. Por ejemplo, creo que la serie ha fallado en hacer interesante al jefe Jack Thompson (Chad Michael Murray) un personaje moralmente ambiguo que se prestaba para ser el gran blanco de nuestra antipatía. Pero la composición que hacen de él los guionistas no consigue que le odiemos realmente. En este episodio, Thompson tiene un gran protagonismo, ejerciendo de agente doble entre Carter y Sousa (Enver Gjokaj) y Vernon Master. Las variaciones en sus lealtades son las que aportan algo de interés a la trama. Al final el conflicto entre Thompson y Carter se basará en diferentes formas de ver "el bien": en sacrificar, o no, a Wilkes (Reggie Austin). Un explosivo final de ciencia ficción desatada nos llevará al desenlace de temporada.
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