"No existe tal cosa", le dice Nobu (Peter Shinkoda) -un ninja- a Daredevil (Charlie Cox) al ser preguntado sobre su muerte. Esto ocurre hacia el final de un episodio realmente bueno. El inicio nos pone al día con lo sucedido a Wilson Fisk (Vincent D´Onofrio), el villano de la primera temporada y uno de los mejores personajes que he visto nunca en una serie. Fisk ingresa en prisión en una breve secuencia inicial en la que se resumen los leitmotivs del personaje: primero se despoja de unos gemelos y luego vemos su inmensa nuca de cara a la pared blanca de su celda, en la que proyecta el trauma de haber sufrido a un padre maltratador. El protagonismo de Fisk en este capítulo oxigena la trama de la temporada, desviándose de la historia principal, pero al mismo tiempo está completamente integrada en la misma. Fisk utiliza al Punisher (Jon Bernthal) para eliminar a un rival, Dutton -interpretado nada menos que por Willian Forsythe- que revela una pista importante para descubrir qué pasó exactamente con la familia de Castle. El clímax es una escena en la que Punisher se queda encerrado en un pasillo de celdas con unos 15 presos que quieren acabar con él. Una escena análoga al enfrentamiento de Daredevil en las escaleras contra los Dogs of Hell en el episodio New York´s Finest. Solo que Frank Castle es un asesino y despacha a sus enemigos con métodos sangrientos que rozan el gore. Momentazos como este definen a una serie y a un personaje. En el desenlace, Wilson Fisk, que ha logrado sus objetivos, adquiere por fin el nombre por el que es conocido en los cómics: Kingpin.
Mientras tanto, Daredevil sigue detrás de los ninjas de La Mano. La misión de Matt Murdock comienza a tener tintes suicidas. Tras romper con Elektra (Elodie Yung) y Foggy Nelson (Elden Henson), el héroe lucha solo. El regreso de Nobu -supuestamente muerto en la primera temporada, en Speak of the Devil- hace pensar que se enfrenta a una amenaza mística y mágica: los cautivos que alimentan con su sangre a un misterioso ser. Por último, Karen Page (Deborah Ann Woll) se embarca en una investigación periodística y toma el relevo del fallecido Ben Urich.
CAPÍTULO ANTERIOR: GUILTY AS SIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario