La Muestra SyFy de cine fantástico es lo más parecido a un agujero de gusano. Te succiona un jueves y te expulsa el domingo, con la espalda fastidiada, una sonrisa en la cara y alguna imagen perversa que nunca olvidarás. Como el protagonista de La naranja mecánica, nos obligamos a abrir bien los ojos para ver más de 20 películas de ciencia ficción, terror, gore, y serie Z. Y antes de cada sesión, Leticia Dolera. La actriz que presenta la muestra en Madrid está más guapa y más graciosa cada año. ¿Se puede pedir más? Sí. Lógicamente queremos que las películas, además de pertenecer a los subgéneros que amamos, sean buenas. La elegida para abrir esta edición ofrecía todas las garantías: The Invitation ganó el premio a la mejor película en Sitges en 2015. Y no decepciona.
La directora Karyn Kusama es la responsable de un fracaso como Aeon Flux (2005) y de un título simpático como Jennifer´s Body (2009), con guión de Diablo Cody y un beso memorable entre Megan Fox y Amanda Seyfried. Kusama vuelve con The Invitation al cine independiente y consigue la frescura de una ópera prima en su cuarta película. Tiene esta cinta a su favor el misterio. Es mejor acercase a ella desconociendo su argumento, cosa posible gracias a que no ha sido promocionada hasta destriparla. Solo sabemos que la historia comienza con una reunión de amigos, un planteamiento que recuerda a otra joya presentada en la Muestra SyFy en 2014: Coherence (James Ward Byrkit, 2013). Son films genéricamente distintos, pero ambos se apoyan inteligentemente en las tensiones típicas de un encuentro entre viejos amigos con demasiada historia entre ellos.
The Invitation es un ejercicio de intriga sobresaliente, que mantiene al espectador haciéndose preguntas durante cada minuto de un metraje ajustado, en el que la directora demuestra un manejo contundente de la tensión. El guión de Phil Hay y Matt Manfredi es preciso dosificando la información que recibimos, dejándonos a ciegas y sobre todo muy nerviosos. Algo raro ocurre en esta reunión de amigos, no sabemos qué, no sabemos si todo está en la mente del protagonista (Logan Marshall-Green) un personaje emocionalmente herido. Porque esta película de género, además de ser sumamente entretenida, habla de la pérdida, del dolor y de las formas que tenemos de superar la tragedia. Me atrevo a desvelar su primera escena que, de forma sugerente, resume el espíritu de The Invitation: el protagonista atropella a un coyote y se ve obligado a sacrificarlo.
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