Si eres un tío, te gusta mucho la música y has tenido problemas en tus relaciones sentimentales, probablemente te sentirás identificado con el protagonista de Alta Fidelidad (Stephen Frears, 2000). Aquella película estaba basada en una novela de Nick Hornby, firmante también del guión de Brooklyn, en la que dudo que te puedas identificar con nadie. Hornby ha desarrollado una sobresaliente carrera como guionista cinematográfico, en la que se ha especializado en crear personajes femeninos que le han valido nominaciones al Oscar a las actrices que los han interpretado: Carey Mulligan por An Education (Lone Scherfig, 2009), Reese Whiterspoon por Alma salvaje (Jean Marc Vallé, 2014) y ahora Saoirse Ronan por Brooklyn.
El personaje de Ronan, Eilis, es la clásica heroína de melodrama que debe enfrentarse a todo tipo de obstáculos. Pero si hay una palabra que define a esta película, esa es amable. El conflicto principal, la marcha de una chica irlandesa para buscarse la vida en Estados Unidos produce el lógico dolor por la separación de su familia. Pero poco más sufre Eilis al tener que adaptarse a la vida en su nuevo país. De hecho, yo diría que todo le va bastante bien a Eilis, sobre todo en su casa de acogida, una residencia para señoritas en la que transcurre la parte más distendida del relato y que podría convertirse en la excusa argumental de una nueva serie de la BBC con la casera, Mrs. Keogh (Julie Walters) como personaje principal. Lo cierto es que todo es bonito en esta película: desde la colorida fotografía hasta los personajes secundarios, como el bienhechor sacerdote interpretado por un Jim Broadbent bonachón hasta una jefa comprensiva con el rostro de la guapísima Jessica Paré. Poco tiene que ver la odisea de Eillis con la de Marion Cotillard en El sueño de Ellis (James Gray, 2013), por citar una historia que cuenta lo mismo de una forma muy diferente.
No sé vosotros, pero mi naturaleza desconfiada y pesimista hace que me ponga muy nervioso cuando todo va bien en una película: me paso el rato en tensión esperando que ocurra alguna desgracia. Obviamente, en Brooklyn pasan cosas malas, pero en realidad, la película no trata de eso. Brooklyn, la ciudad, es aquí una aspiración más que un lugar, mientras que la Irlanda natal de Eilis es una vieja que te espía para pillarte bostezando en misa. Entre esas dos ideas debe elegir la protagonista de un film que probablemente gustará mucho a tu madre. Además, Brooklyn está nominada al Oscar como mejor película y por el guión adaptado de Hornby.
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