REGRETS ONLY (18 DE MARZO DE 2016) -AVISO SPOILERS-
The Punisher fue creado en 1974 como enemigo de Spiderman. La idea era enfrentar las dos posturas de los personajes con respecto a la justicia: ambos combatían el crimen, sí, pero mientras la sangrienta venganza de Frank Castle le llevaba a matar, Peter Parker nunca cruzaría esa línea. Entonces llegaron los 80, con sus héroes de acción violentos. El cine estaba repleto de ellos: Charles Bronson, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger. La era Reagan era perfecta para un personaje como Punisher, que pasó de ser el villano al (anti)héroe en su propia serie en 1986, con guión de Steve Grant, auténtico creador del personaje como le conocemos. Aquel cómic fue todo un éxito, y convirtió al antihéroe en protagonista de varias series simultáneas. En los 90, Punisher sería todavía más popular: era la época de los superhéroes malencarados empuñando pistolones. En Daredevil el personaje evoluciona de una forma similar: de ser un asesino en serie en los primeros episodios, en este se ha convertido en víctima. La historia de su familia asesinada comienza a desvelarse, le vemos postrado en la cama de un hospital y siendo utilizado por la fiscal sin escrúpulos Samantha Reyes (Michelle Hurd). Que el bufete de abogados de Matt Murdock (Charlie Cox), Foggy Nelson (Elden Henson) y Karen Page (Deborah Ann Woll) decida defender a Punisher es un giro que resuelve una de las debilidades de la primera temporada de la serie, el poco interés que tenían estos personajes secundarios. El juicio del Punisher, promete.
La secuencia inicial en la que unos moteros Yakuza atacan el piso de Elektra escuchando a los Yeah Yeah Yeahs -Date With the Night- es una de las razones por las que me gusta esta serie. Elektra (Elodie Yung) es, básicamente, un personaje similar a Punisher, que sirve también de contraste moral con respecto al héroe protagonista, a lo que hay que sumar una tensión sexual que hace las cosas muy interesantes. Elektra descubre la identidad secreta de Daredevil porque se sabe de memoria el culo de Matt Murdock. El team-up de ambos personajes nos lleva, eso sí, a una trama algo convencional en la que se infiltran en la base de operaciones de la mafia japonesa para recuperar el libro de cuentas de la oscura empresa Roxxon. Lo de ponerse elegantes para colarse en una fiesta está demasiado visto.
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