NIGHTCRAWLER (DAN GILLROY, 2014)


-AVISO SPOILERS-

Viendo la estupenda Nightcrawler no pude dejar de pensar en una película que seguramente conocéis: El rey de la comedia (Martin Scorcese, 1982). El personaje que compone un fantástico Jake Gylenhaal -Louis "Lou" Bloom- podría ser una versión extrema del Rupert Pupkin interpretado por Robert DeNiro. Individuos con mucho empuje, algo desconectados de la realidad, capaces de llegar muy lejos para cumplir una fantasía delirante. Los dos personajes oscilan entre los cómico y lo siniestro. Y ambos consiguen al final, sus objetivos.



Me parece un error extraer de Nightcrawler una crítica a los medios, al amarillismo y al sensacionalismo. La falta de escrúpulos en el "periodismo" televisivo -os puedo asegurar que es absolutamente real- encarnada en el personaje de Rene Russo nos produce repulsa, sí, pero aquí es solo el medio ideal para que un personaje como Lou revele su verdadera naturaleza. En el mismo sentido, tampoco creo que Nightcrawler sea una película sobre cómo convertimos la realidad -el horror- en meras imágenes simuladas. No se trata de convertirnos en vouyeurs de lo macabro como en Peeping Tom (Michael Powell, 1960). Lo que vemos a través del visor de la cámara de Lou es una metáfora de la distancia con la que él mismo observa la realidad, las relaciones, las vidas humanas, la muerte.


Lou no siente empatía porque es un psicópata. Por eso es capaz de llegar a los extremos a los que llega en su nuevo trabajo como cámara freelance. En realidad podría haber elegido cualquier otra profesión. Pero en esta, su falta de escrúpulos es una ventaja. La frialdad con la que Lou contempla el horror, la muerte, mientras repite robóticamente los eslogans motivacionales que ha leído en Internet como fórmula del éxito empresarial produce escalofríos. Nigthcrawler habla de la pasmosa facilidad con la que un individuo así es capaz de meterse donde sea y hablar con quien sea. Es capaz incluso de llegar hasta la directora de informativos de una cadena. Por eso creo que el mensaje de Nightcrawler es que la mejor aptitud, la más necesaria para el éxito, es estar loco. 


Y la denuncia para mí es que permitimos que individuos así existan. Elegimos a nuestros amigos, parejas y hasta compañeros de trabajo sin ningún criterio. Fallamos a la hora de evaluar lo que esconden los que nos rodean. Entre tanto imbécil y tanto fantasma robando nuestro tiempo, ¿quién sabe qué sociópata se oculta? ¿cuánto tardaríamos en detectarle? Sólo me tranquiliza que en España tenemos el enchufismo tan instalado que es difícil que estos personajes nos dominen. Aunque de vez en cuando se cuele alguno hasta la proclamación de Felipe VI.

SQMDVV: ARROW -TEMPORADA 3- THE BRAVE AND THE BOLD


THE BRAVE AND THE BOLD (3 DE DICIEMBRE)

Era obvio que tras el éxito de Superman (1938) y Batman (1939), la editorial DC Comics tenía que unir las aventuras de sus dos superhéroes más populares en un solo tebeo. En 1941, el primer número de World´s Best Comics (luego World´s Finest Comics) sacaba en portada -por primera vez- a los dos personajes, a los que se sumaba Robin. Pero había truco: en el interior del cómic los héroes vivían sus aventuras por separado. La primera historieta conjunta de Superman y Batman no llegaría hasta el número 76 de Superman, en 1952. Tras ella, la reunión de varios superhéroes en un cómic es muy común, cuando no forman parte directamente de grupos como La Liga de la Justicia, que en 1960 debutaba en una serie titulada The Brave and the Bold, dedicada precisamente a estos cruces entre personajes, y que ahora da título a este episodio de Arrow en el que se mezclan las aventuras del arquero con las del velocista.


Tras aparecer en The Flash, Oliver Queen (Stephen Amell) "juega en casa" y recibe a Barry Allen (Grant Gustin) en su propia cabecera. Esto se llama crossover: la historia comienza en la serie de Flash y continúa en la de Arrow. El objetivo, claro, es sumar espectadores. La idea me gustaba, pero creo que se ha ejecutado bastante mal. El primer episodio del cruce, Flash vs. Arrow, me ha parecido sobresaliente. El problema es que se trata de una historia independiente que realmente no continúa en Arrow. Allí los héroes se enfrentan al villano Prisma (Paul Anthony) y aquí a otro diferente, Digger Harkness -el Capitán Boomerang- (Nick E. Tarabay), por lo que no hay ninguna continuidad real. Creo que se ha desaprovechado la oportunidad de hacer una sola historia, casi un largometraje, más ambicioso y entretenido.


The Brave and the Bold, visto justo después de Flash vs. Arrow, hace patentes las carencias de Arrow como serie. Argumentos esquemáticos pero confusos y sin dirección, secuencias de acción completamente independientes de una narrativa que encima tiene parones en los que los personajes -apenas esbozados tras tres temporadas- parecen estatuas parlantes exponiendo ideas y sentimientos de una forma demasiado evidente. 


Todos los defectos de la serie están muy claros en este capítulo: el inicio de la historia, lejos de situarnos, desorienta. La secuencia de acción que sirve para presentar al villano, Harkness, es sin embargo estupenda. Pero la presencia de Flash está a todas luces desaprovechada. De hecho, estamos ante un episodio normal de Arrow -o sea malo- en el que aparecen incluso esos flashbacks inútiles, que aquí pierden el tiempo dándole vueltas a una absurda reflexión sobre la tortura. Todo el argumento gira entorno a la "dureza" del protagonista, que teme haber perdido parte de su humanidad: una idea a la que aporta mucho -sin querer- la hierática interpretación de Amell. En principio, es Barry Allen -un personaje mucho más humano, está mejor escrito- el encargado de darle una lección a Oliver Queen. Pero el tema está expresado con vergonzosas escenas de diálogos como en la que Cisco (Carlos Valdes) parece darse cuenta de que los personajes de Arrow viven vidas mucho más difíciles porque se enfrenta a la muerte diariamente, mientras que en Flash todo parece menos real por la presencia de metahumanos con superpoderes. Este intento de metaficción que pretende ser un comentario sobre las dos series, falla estrepitosamente porque en realidad Arrow no es oscura ni realista: es mala. Por cierto, resulta revelador cómo el personaje de Cisco es mucho más humano e interesante tras una "vida" de menos de 10 episodios, mientras su contrapartida, Roy Harper (Colton Haynes) sigue siendo un guaperas sin alma tras tres temporadas.


Pero lo mejor está casi al final del capítulo. En una escena que pretende ser "intimista", me he reído a carcajadas: Oliver le suelta a Barry su típico monólogo autocompasivo, y éste escucha pacientemente hasta que acaba, para responderle con un "you´re full of crap". Eso se llama humor involuntario. El diálogo continúa luego, obviamente, por otros derroteros: Barry quería decirle a Oliver que se equivoca al decir que pierde su humanidad. Yo diría que los personajes de Arrow humanos, humanos, no parecen. 

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THE FLASH -TEMPORADA 1- FLASH VS. ARROW


FLASH VS. ARROW (2 DICIEMBRE)

De un lado una serie muy mala: ArrowDel otro una que me gusta mucho: The FlashEn el episodio Flash vs. Arrow -no se rompieron la cabeza- las dos se mezclan en lo que se conoce como un crossover. Vieja táctica del cómic book que, a pesar de su naturaleza comercial, siempre ha sido capaz de emocionarme. Friki que soy.


La serie sobre Barry Allen (Grant Gustin) nació en la de Oliver Queen (Stephen Amell) y eso no presagiaba nada bueno. Pero, contra todo pronóstico, The Flash ha conseguido hacer muy bien todo lo que creo que Arrow hace muy mal. Por eso tenía yo una especial curiosidad por ver lo que podía conseguir el equipo de guionistas de la primera con los personajes de la segunda. Pues bien, investigando un poco por encima, he descubierto que los guionistas se han cruzado también: hay uno de cada serie en este capítulo. En el fondo era lógico. A pesar de eso, lo cierto es que este primer episodio del cruce me ha gustado. En él encontramos una faceta de Arrow poco explotada en su propia serie: la del antihéroe endurecido que aquí se enfrenta a un personaje más inocente y puro, como Barry. Se trata de un contraste clásico del cómic de superhéroes: Batman y Superman; The Punisher y Spiderman; Lobezno y Cíclope. Todos coinciden en los objetivos, más no en los métodos. Oliver Queen se convierte en un tercer mentor para Barry. Si Joe West (Jesse L. Martin) representa a una figura paterna y el doctor Wells (Tom Cavanagh) es un profesor; el arquero adopta el papel de entrenador -como Quirón, el centauro que adiestraba a los héroes de la mitología griega- y ayuda a Barry en el aspecto superheróico. Lo más interesante es que los métodos de Queen producen rechazo y celos en sus otros dos mentores. 


-AVISO SPOILERS-

El villano del episodio, Roy G. Bivolo (Paul Anthony), es bautizado como Prisma -en realidad en los cómics es ¡Rainbow Raider!- pero podrían haberle puesto directamente catalizador. Su poder es desatar las emociones negativas de las personas y eso sirve para que Barry -normalmente un tío majo- saque a relucir su lado oscuro: el de sus frustraciones personales. No solo se rebela ante Joe, sino que aparecen los lógicos celos contra Eddie (Rick Cosnett), novio de Iris (Candice Patton) y su rival por el amor de ella. Eso da la oportunidad a los guionistas de explorar en Barry unas emociones muy humanas sin que el personaje deje ser un buenazo entrañable. Además, el cambio de personalidad -momentáneo- de Barry permite el enfrentamiento con Arrow, en una lucha cuerpo a cuerpo muy lograda que es el clímax del episodio. Sólo por esa pelea, vale la pena este capítulo. El enfrentamiento provoca, además, la rivalidad -amistosa- entre los equipos de apoyo de cada héroe. Genial. Por último, destacar la sabiduría narrativa que lleva a hacer una elipsis que se salta la posterior lucha con Bivolo: le vemos directamente siendo arrojado al calabozo.


En el epílogo destaca que un tiarrón rubio como Stephen Amell diga que "los tíos como nosotros no se quedan con la chica". Me parece un insulto. Encima dice eso después de haber visto a Iris babear por él y justo antes de que una chica salida de la nada le salude y dé a entender que Oliver tiene una hija secreta. Me juego lo que sea a que esta secuencia la escribió el guionista de Arrow. Menudo culebrón.


Luego, el guionista de The Flash nos cuenta que Iris, al ver al héroe -controlado por Bivolo- atacando a Eddie, decide dejar de hablar con el y romper su todavía incipiente relación. Es una metáfora de cómo a veces dejarnos llevar por nuestras emociones puede alejarnos de las personas que más queremos. Pero sabemos que Iris y Barry volverán a estar juntos ¿o no?


En la última escena, descubrimos a Ronnie Raymond (Robbie Amell) futuro Firestorm.

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GOTHAM -TEMPORADA 1- WELCOME BACK, JIM GORDON


WELCOME BACK, JIM GORDON (26 DE ENERO DE 2015)

No sé si os pasa lo mismo -suponiendo que estéis viendo también esta serie- pero ahora mismo no sé muy bien hacia dónde va Gotham. Que Jim Gordon (Ben McKenzie) es un detective honesto que se enfrenta a una ciudad y a una policía corrupta está bastante claro. Pero quizás sería conveniente, tras 13 capítulos, ir poniéndole rostro a esos antagonistas corruptos. Concretar un poco las cosas. El esquema narrativo imperante hasta ahora, en el que Gordon y Bullock (Donal Logue) resuelven un caso por episodio, se mantiene aquí pero parece agotado. Y la lucha contra la corrupción de Gordon no era una trama demasiado interesante para empezar.



Mucho más entretenida era para mí la historia de Oswald Cobblepot, el Pingüino (Robin Lord Taylor) y su ascenso al poder dentro del entramado mafioso de la ciudad. Pero tengo la sensación de que esta tampoco ha sido bien desarrollada. El Pingüino ha escalado muy rápido -aunque aún le resta para ser el jefe de todo- y su mayor enemiga, Fish Mooney (Jada Pinkett Smith) ha caído demasiado pronto. Creo que esta historia va a ir dando tumbos en los que el Pingüino sube y baja en el escalafón mafioso y eso es precisamente lo que me temo, que no haya una progresión satisfactoria, sino mucho altibajos.


Precisamente en este episodio, estas dos líneas narrativas protagonizadas por Gordon y Cobblepot se cruzan -AVISO SPOILER- el primero pide ayuda al segundo para atrapar al criminal oculto dentro de la propia policía. No sé si tal giro argumental puede resultar incluso incoherente, pero está claro que este "pacto con el diablo" va tener alguna repercusión que podría llegar a ser interesante. Veremos.

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FANTASTIC FOUR (JOSH TRANK, 2015) -TEASER-


Alguno dirá que no es demasiado productivo sacar conclusiones sobre una película a partir de un trailer o un teaser. Pero tampoco tiene nada de malo comentar el avance de una película muy esperada -por mí- como la de Los 4 Fantásticos (2015). Lo primero es recomendar vivamente el trabajo anterior de su director, Josh Trank: Chronicle (2012) es una estupenda película de superhéroes cuyo principal mérito no es únicamente pertenecer al subgénero del found footage


Con esa credencial, puedo decir que el trailer de The Fantastic Four apunta en el mismo sentido que Chronicle: una película de superhéroes que parece ciencia ficción "seria". Otra pista es que no aparece ningún antagonista -descubrir al villano es parte de la gracia en Chronicle- aunque sabemos que el Doctor Doom aparece rebautizado como Victor Domashev (Toby Kebbell). Hay que tener en cuenta que Los Cuatros Fantásticos fueron creados por Stan Lee y Jack Kirby en 1961. Eran otros tiempos y un nombre como Doctor Doom -Doctor Muerte en España- resulta infantil. Estoy de acuerdo con la decisión, pero la verdad es que no deja de darme pena. Por la misma razón, ya no estamos ante cuatro aventureros en la carrera espacial que se apresuran a probar un cohete experimental -querían ganar a los soviéticos- y accidentalmente son sometidos a los rayos cósmicos que les otorgan fantásticos superpoderes. En el trailer vemos a los protagonistas enfundados en modernos trajes entrando en unas cabinas que deben implicar algún tipo de viaje diferente. Por cierto, no son cuatro los que se embarcan en ese extraño viaje, sino seis. Sospecho que Victor Domashev estará entre ellos. Pero mi principal duda sobre esta adaptación es la posible pérdida de un elemento esencial de los Cuatro Fantásticos como personajes: que son una familia.


Reed Richards es un señor mayor -la figura paterna- que se casa con una Sue Storm más joven, que es hermana de Johnny Storm -el hijo rebelde-. A estos se une el mejor amigo de Richards, Ben Grimm, una especie de tío o hermano gruñón. Estos personajes se comportan como una auténtica familia y tienen los conflictos propios de los que son parientes (con los años el núcleo se ampliaría con novias, amigos y los hijos de Reed y Sue). Los 4F no son como The Avengers -amigos que se juntan de vez en cuando- ni como los X-Men -marginados que se unen para defenderse. Los 4F son una familia. Y la elección de rebajar la edad de los personajes parece anunciar que este elemento se perderá en esta nueva adaptación. La prueba es que la elección de Michael B. Jordan -un actor de raza negra que participó en Chronicle- como Johnny Storm, indica que en la película no será el hermano de Susan Storm, interpretada por Kate Mara. Sea como sea, es perfectamente posible que The Fantastic Four sea una buena película sin ser absolutamente fiel al cómic o incluso completamente diferente. Veremos.

GIRLS -TEMPORADA 4- FEMALE AUTHOR


FEMALE AUTHOR

Me gustan especialmente los episodios de Girls que se ocupan de la vocación de escritora de Hannah (Lena Dunham). Este tercer capítulo se titula expresamente La autora -o La escritora- y creo que aborda el tema de una manera muy original. Puede ser que esta sea una interpretación completamente equivocada, pero aquí va mi teoría. 

-AVISO SPOILERS-

Hannah se ha ido a Iowa para estudiar en una escuela para escritores. En principio está cumpliendo su sueño y por eso ha dejado atrás su vida en Nueva York. La escuchamos decir que tiene muchísimo tiempo libre para escribir. Pero también sabemos que no lo hace. No escribe realmente nada. Al mismo tiempo, Hannah se queja de que en Iowa no hay nada qué hacer. Paralelamente, nos cuentan lo que ocurre en Nueva York con el resto de personajes de la serie. 


Marnie (Allison Williams) se siente frustrada por su papel de amante de Desi (Ebon Moss-Bachrach) a pesar de que parece a punto de dar el gran salto en su carrera como cantante. Esa frustración la lleva a hacerle un favor a mi personaje favorito, el viejuno de Ray (Alex Karpovsky). La exnovia de este, la loca de Shoshanna (Zozia Mamet) nos regala otra de sus excentricidades en una extrañísima entrevista de trabajo. Por último, Adam (Adam Driver) y Jessa (Jemima Kirke) se meten en problemas con la policía tras una reunión de Alcohólicos Anónimos y acaban en prisión. Todas estas pequeñas historias no parecen tener ninguna conexión evidente. Pero quizás se relacionan porque el elemento que falta para unirlas es Hannah. Ella es una escritora que se inspira en sus propias vivencias y su problema principal es que está en Iowa y no en Nueva York. Se está perdiendo todas las historias de sus amigos.


El bloqueo creativo de Hannah se suma a su baja autoestima frente a la arrogancia de sus compañeros de estudios. Quizás por eso decide contraatacar protagonizando una escena en la que saca las vergüenzas a los otros estudiantes uno por uno. La idea me recuerda a una escena similar en La Gran Belleza (Paolo Sorrentino, 2013) en la que Jep (Toni Servillo) despelleja a sus decadentes amigos.

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AMERICAN HORROR STORY: FREAK SHOW -CURTAIN CALL-


CURTAIN CALL (21 DE ENERO) -AVISO SPOILERS-

El último episodio de Freak Show comienza con escenas que tienen en común un tema: la humillación. Primero los fenómenos del circo cumplen con las tiránicas órdenes de Dandy Mott (Finn Wittrock) que se ha hecho con el poder. Pero ya en la escena siguiente se rebelan contra su nuevo jefe, pisoteándole y escupiéndole. Enseguida la acción se traslada a Hollywood, donde Elsa Mars (Jessica Lange) intenta -inocentemente- conseguir una entrevista con el director de una cadena de televisión. A pesar de esperar durante horas, no lo consigue y es puesta en ridículo por la recepcionista. Pero tras la humillación también aparece una nueva oportunidad para Elsa: el director de casting -Michael Beck (David Burtka)- se apiada de ella. Un corte nos lleva de nuevo al circo, donde Dandy se venga a su vez de los fenómenos: comienza una auténtica masacre. Acción y reacción. Humillación y venganza.


El rechazo y la marginación social han sido los temas principales de Freak Show. Pero la serie no ha convertido a sus protagonistas en víctimas. Estos fenómenos no han sido personajes positivos por ser deformes, ni se han convertido en héroes, sino todo lo contrario: han dado buena muestra de todo tipo de vicios y sentimientos negativos nacidos, eso sí, del dolor y la soledad. Ese es el mismo dolor que siente Jimmy Darling (Evan Peters) al encontrar a sus compañeros freaks asesinados. Una vez establecido el patrón que he mencionado, lo siguiente tendría que ser una escena de venganza ¿no? Al fin y al cabo hemos estado esperando el enfrentamiento entre Jimmy y Dandy.


Pero Freak Show nos sorprende con una boda. Bette y Dot (Sarah Paulson) parecen ser víctimas a merced de Dandy. No es así. Un nuevo giro revela que se trata de una trampa y que las siamesas no son víctimas inocentes sino seres vengativos. Estos fenómenos, al igual que los protagonistas del clásico de Tod Browning, son muy capaces de aterrorizarnos. Tras constatar que la deformidad de Dandy está en su alma -"Eres el mayor fenómenos de todos" le dice Desiree Dupree (Angela Bassett)- su muerte por ahogamiento se produce de una manera lenta y agónica ante las sádicas sonrisas de los freaks -se supone que son los héroes de esto- que comen palomitas ante el espectáculo de una muerte real sobre el escenario: un snuff show.


La serie se despide con un epílogo que comienza valiéndose del humor para relatar el triunfo -inverosímil- de Elsa Mars, que finalmente ha conseguido convertirse en una estrella. Pero otro giro revela que si llegamos a compadecernos de Elsa por la imposibilidad de cumplir su sueño, estábamos equivocados. Lejos de sentirse realizada y en paz, el éxito no la ha cambiado: se sigue comportando como una déspota, como cuando era una fracasada en el circo, solo que ahora su arrogancia está justificada al ser una auténtica diva. Es quizás un castigo demasiado cruel para el personaje hacerla descubrir que lo que siempre había deseado no era realmente lo que necesitaba para ser feliz. Por si fuera poco, el pasado reaparece para despojar a Elsa de su éxito y devolverla a su estado inicial: estamos ante una tragedia. Como canto de cisne, la alemana se despide con otra canción de David Bowie -Heroes (1977)- y muere en directo para reunirse, no con Edward Morley (Wes Bentley), sino con su compañía de fenómenos asesinados. Elsa por fin se siente aceptada, sus pecados olvidados, porque nada es real: todo es representación. Freak Show se cierra cuando comienza la misma actuación que vimos en el primer episodio. Un final que para mí es, cuando menos, ambicioso.


CAPÍTULO ANTERIOR: SHOW STOPPERS

THE FLASH -TEMPORADA 1- POWER OUTAGE


POWER OUTAGE (25 DE NOVIEMBRE) -AVISO SPOILERS-

Al principio del séptimo capítulo de The Flash hay una escena que resume las razones por las que me gusta tanto esta serie. Barry Allen (Grant Gustin) es abordado por un atracador que, obviamente, no sabe que se trata de un superhéroe ¿Cuáles son las probabilidades de que algo así ocurra? Los guionistas juegan con las convenciones del género haciendo que el propio Barry se ría de la situación y exprese en voz alta la mala suerte del pobre criminal que ha decidido elegirle como víctima de entre toda la población de Central City. Los guionistas de The Flash saben a qué juegan.


Además, cada episodio suele colar algún guiño para los lectores de cómic. El titular del periódico del futuro que lee el doctor Wells (Tom Cavanagh) hace referencia a que Flash desaparece en una "crisis", un claro guiño a la muerte del héroe en el papel, en una miniserie llamada Crisis en las tierras infinitas (1985). Por cierto, tras dicha historia, el manto de Flash fue recogido por el sobrino político de Allen, Wally West ¿Os suena el apellido? Eso sí, no estéis tristes por la muerte de Barry, porque años después volvió a la vida. La muerte nunca es definitiva en los cómics de superhéroes. 

Power Outage introduce a dos nuevos enemigos. Farooq (Michael Reventar) es un villano con aristas: en realidad es una víctima de sus propios poderes, un monstruo a su pesar que culpa a Wells de la muerte de sus amigos. Las habilidades de Farooq dejan a Barry sin poderes durante casi todo el episodio, convirtiéndole en humano y desvelando que odiaría dejar de ser especial. Para mí este es otro ejemplo de la calidad de la serie: cada acción tiene una repercusión en los personajes, revelando nuevos aspectos de sus personalidades.




El otro criminal que nos presentan en este episodio es William Tockman (Robert Knepper) también conocido como Clock King. Aunque pueda parecer un villano más clásico, un genio criminal sin escrúpulos, también descubrimos que este personaje esconde su pequeño drama. No abundan los personajes planos en The Flash.

Hay buenas ideas en este episodio, como la lucha entre Farooq -que será bautizado post mortem como Blackout- y Tony Woodward (Greg Finley) -enemigo presentado en The Flash is born- al que el doctor Wells libera para detener al primero. Una vez más, la decisión de Wells tendrá su repercusión, creando fricción con Barry y dotando de un halo trágico al personaje de Woodward que hasta ahora era un simple abusón con poderes. Su muerte cambiará nuestra percepción.

El personaje de Farooq da pie a excelentes ideas visuales, como la de los focos que se van apagando a su paso y que ayuda a crear tensión cuando se acerca amenazante a los protagonistas: la furgoneta en la que intentan escapar también se apaga. La sensación de agobio que se consigue en este episodio, con los protagonistas asediados por el avance de Farooq, es digna de elogio. Los guionistas apuran la tensión hasta el último segundo manteniéndonos en vilo: ahí está la treta de Iris West (Candice Patton) contra Tokman, que parece no funcionar antes de un corte que nos deja en vilo.



Por último, destaco otro guiño a los cómics que puede tener repercusión en el futuro. El doctor Wells -que es ya un gran personaje- recita a Farooq la lista de personas que habrían muerto en el accidente del acelerador de partículas que dio origen a Flash y al resto de metahumanos. En esa lista hay nombres de superhéroes de DC Comics: Ralph Dibny es Engolated Man, Grant Emerson es Damage, Al Rothstein es Atom Smasher, Will Everett es Amazing Man, Bea Da Costa es Fire y Ronnie Raymond es nada menos que Firestorm, un personaje clásico de DC cuya aparición en la serie ya ha sido anunciada.







CAPÍTULO ANTERIOR: THE FLASH IS BORN





GIRLS -TEMPORADA 4- TRIGGERING


TRIGGERING (18 DE ENERO) -AVISO SPOILERS-

Cada episodio de Girls, más que contar una historia, parece centrarse en un estado de ánimo. Si el primer capítulo de esta temporada tenía sabor a despedida, en Triggering nos encontramos con la sensación contraria: algo comienza. Vivimos con la protagonista esa sensación excitante de empezar de cero en un lugar diferente y conocer a gente nueva. Hannah (Lena Dunham) estrena vida en Iowa y experimenta los cambios con respecto a su etapa anterior en Nueva York, como por ejemplo la diferencia de precio de los alquileres. Ese detalle tan cotidiano es el inicio de lo que parece un sueño cumplido. Un arranque que tiene elementos de comedia blanca: cuando Hannah cae torpemente de la bicicleta que luego le roban porque en Iowa no hace falta poner candados; o cuando un murciélago se cuela en su casa causándole terror. La imagen de Hannah pedaleando me recuerda al Jacques Tati de Día de fiesta (1949).


La comedia ligera da paso enseguida a una sensación amarga de decepción. Los obstáculos comienzan a pesar en la nueva vida de Hannah y sentimos vergüenza ajena al descubrir que no encaja con sus compañeros de curso. Es otro tipo de humor, más cercano al Ricky Gervais de The Office (2001).


La aparición sorpresa de Elijah (Andrew Rannells) aliviará la soledad de Hannah y le servirá para desahogarse en una noche loca de fiesta. Entonces el tono varía hacia el humor de las comedias norteamericanas de juergas universitarias, con pelea de barro -azul- incluida. Eso sí, Hannah tendrá que sufrir la lógica resaca y volver a la realidad. Narrativamente puede parecer que este segundo capítulo continúa directamente lo narrado en el anterior, pero un comentario de Hannah sobre su novio, Adam (Adam Driver), nos hace pensar que su relación se ha roto oficialmente. Es característico de esta serie que algo tan importante se haya resuelto con una elipsis.

CAPÍTULO ANTERIOR: IOWA

STAR WARS # 1 -JASON AARON & JOHN CASSADAY- MARVEL, 2015



Fan service. Creo que esa es la mejor definición del primer número del nuevo cómic de Star Wars bajo el sello de Marvel, su compañía hermana -como ya sabéis, los superhéroes y esa galaxia muy, muy lejana, pertenecen ahora a Disney- y digo fan service porque esta primera entrega tiene lo que todo friki desea: aventuras con los protagonistas absolutos de la trilogía original. Un poco lo que va a hacer J.J. Abrams en The Force Awakens.  


Lo bueno de que esto sea Marvel es que podemos ver a artistas -teóricamente- de primera categoría encargándose de Star Wars. John Cassaday es un dibujante que me gusta mucho -hizo Astonishing X-Men con Joss Whedon- aunque también es cierto que tiene un estilo muy marcado. Por ahora acierta captando los rostros de los actores originales. El guionista, Jason Aaron, tiene toda la pinta de ser un súper fan de la saga de Lucas y se nota que disfruta con este trabajo. Sólo me preocupa que se dedique a saquear las películas y no se curre una historia independiente como Dios manda. Veremos.


En este primer número, tenemos a Luke, a Han Solo, y a Leia en plan guerrilla rebelde contra el Imperio. También vemos a Chewie haciendo de francotirador ¡mola! No pueden faltar R2D2 y su inseparable C3PO, que parece a punto de coger ¡Una pistola láser! (veremos si ocurre en el siguiente número). Hay además un montón de Stormtroopers y, cómo no, Darth Vader. No se puede pedir más. Pero aún así, hay guiños más pequeños a la trilogía original como que Leia y Luke vayan disfrazados como guardias de Jabba, igual que lo hacía Lando Calrissian en El Retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983). Además, el esclavista recuerda al cuidador del Rancor en la misma película. Me ha gustado además la forma en que Vader se defiende del tiroteo de Chewbacca y mucho más la promesa de que los protagonistas se hagan con un At-At. La viñeta final, un cliffhanger con el que sería el primer enfrentamiento -cronológico- de espadas láser entre Luke y Darth Vader es suficiente reclamo para comprar el segundo número ¿o no? Y eso que en la aplicación cada cómic sale a 5 eurazos.


Al menos sabemos que en esta nueva etapa de Star Wars en Marvel no habrá conejos verdes.