Si algo diferencia a American Horror Story de otras series es que no se conforma con plantear una sola historia y desarrollarla de forma lineal hasta su desenlace. Cada episodio contiene fugas que abren nuevos caminos narrativos que expanden el universo de la serie temporada tras temporada. Por eso no es raro que, cuando quedan solo tres capítulos para el final de Freak Show, aparezca un nuevo personaje, Chester Creb (Neil Patrick Harris) para enamorar a Bette y Dot (Sarah Paulson). Chester es un personaje peculiar y oscuro -me recuerda al Norman Bates de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1969)- que se dedica a la magia -AVISO SPOILERS- pero que lleva consigo a una inquietante muñeca de ventrílocuo llamada Marjorie (que cuando cobra vida es interpretada por una sanguinaria Jamie Brewer). En un giro morboso y retorcido -muy propio de AHS- presenciamos un trío entre Chester y las siamesas al que se acaba sumando ¡la muñeca! Esta no es una serie para ver en familia. El numerito perverso desencadena los celos de Dandy (Finn Wittrock) que pasa a la acción para recuperar a sus amadas.
Si he estado desde hace semanas vaticinando un enfrentamiento -a muerte- entre Jimmy Darling (Evan Peters) y su padre Dell Toledo (Michael Chiklis), este episodio certifica que me he equivocado. Sea como sea, la energía del antagonismo -freudiano- entre padre e hijo se convierte aquí en encuentro y reconciliación. Dell se ocupa, por fin, del hijo que abandonó y le da de comer por primera vez ya que -AVISO SPOILERS- efectivamente Stanley (Denis O´Hare) ha conseguido cortarle las manos al chico langosta: justamente la herencia genética de su padre. Dell rescata a su hijo, pero su final llega de todas maneras, aunque de una forma inesperada. Ir en contra de las expectativas también es una costumbre de AHS.
CAPÍTULO ANTERIOR: ORPHANS
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