No me gusta escribir sobre películas que no me han gustado. Y no me gusta decir que una película es "mala". No creo que ninguna de esas dos afirmaciones le aporte algo a nadie. Por ello voy a intentar limitarme a los hechos objetivos: Home nos cuenta la historia de una mujer que sufre el acecho de un ente satánico. Tres veces.
-AVISO SPOILERS-
Primero conocemos a Hannah (Ashley Rickards) una joven que tiene algo especial y por ello es elegida por el demonio. Su historia, en principio interesante, es sólo el prólogo del que parecía ser el verdadero relato, protagonizado por Leigh (Catalina Sandino Moreno), que sufre básicamente el mismo percance. Su historia se mezcla con la de Hannah mediante unos flashbacks cuya función parece meramente explicativa. No consiguen inquietar. Pero entonces descubrimos el verdadero objetivo del demonio -tan antiguo como La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968)- y la historia vuelve a comenzar con la hermana de Leigh como nueva víctima, Vera (Naya Rivera). Para entonces, han pasado 40 minutos, la mitad de la duración de este film. En el metraje restante, los acontecimientos se aceleran en lo que parece otra película de terror, incluyendo un período de 8 meses en coma y una elipsis de nada menos que 6 años. No soy amigo de las reglas y los manuales, pero a Nicholas McCarthy le habría convenido interesarse por las aristotélicas unidades dramáticas de acción, lugar y tiempo. Sólo nos queda imaginar que el director podría haber tenido ideas interesantes sobre esas casas abandonadas o en venta -por la crisis inmobiliaria- en las que un solitario demonio buscaba un hogar como metáfora del vientre materno. Sólo podemos imaginar la película que habría sido esa. Si Home fue estrenada en 2014 en el festival de Sitges tras el impulso de El Pacto (2012), la primera propuesta de su director, probablemente esta suponga un frenazo en las expectativas que podamos tener hacia su siguiente película.
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