En No respires (2016), el director uruguayo Fede Álvarez nos mostraba a un grupo de jóvenes que decidía robar en una casa que resultaba estar habitada por un sujeto (Stephen Lang) muy peligroso a pesar de estar ciego. Esencialmente, Álvarez repite la jugada en Alien: Romulus (2024), colocando esta vez a sus protagonistas en el espacio y en el universo de la conocida saga de terror y ciencia ficción. Esta vez, Rain Carradine (Cailee Spaeny), su ‘hermano’ (David Jonsson) y un grupo de ladronzuelos serán los que se meterán en problemas al allanar una estación espacial abandonada en la que, obviamente, se toparán con los famosos monstruos diseñados por H.R. Giger y Carlo Rambaldi. La película es un estupendo ejercicio de tensión, con varias set pieces que nos dejarán sin aliento, mientras los personajes intentan escapar de las garras del monstruo. Fede Álvarez hace un popurrí de todas las cintas de la saga, enmascarando de forma muy eficiente que, en el fondo, estamos ante un remake-secuela de la cinta original de Ridley Scott de 1979. Como Star Wars: Episodio VII -El despertar de la Fuerza (2015), Jurassic World (2015) o Terminator Génesis (2015), Alien: Romulus se construye sobre los recuerdos fetichistas de una saga cinematográfica muy popular con varias décadas a sus espaldas. Álvarez ya demostró en su ópera prima, Evil Dead (2013) -inteligente remake de Posesión infernal (1981)- su capacidad para hacer suyo un universo ajeno, jugar con sus elementos y dotarlos de frescura y de un nuevo interés. En esta película, el director confirma esta capacidad, paga los peajes necesarios, recupera guiños del film original -a 2001: Una odisea del espacio (1968)- y fabrica un producto de entretenimiento prácticamente perfecto, aunque su final sea algo mecánico. Álvarez también recupera el subtexto sobre la clase obrera explotada por una empresa sin escrúpulos, pero además imprime un tono más terrorífico que reincide en el gran tema de la franquicia, la maternidad. En Alien, procesos naturales como la fecundación, gestación y el parto conllevan la muerte y Álvarez no escatima en gore y en logrados momentos de body horror. Alien: Romulus es un festín para el fan de la saga y una experiencia muy divertida para el espectador casual.
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