GENTE EN SITIOS (JUAN CAVESTANY, 2013)


"Gente en sitios" comienza como una comedia de sketches entendida desde esa sensación de "culo torcido" que deja en el espectador el llamado post-humor. Pero poco a poco, mientras las situaciones se van sucediendo sin tregua, las risas van dejando paso a una cierta desazón. Una sensación que conocemos bien los que vivimos aquí y ahora, y que suele aparecer en el momento en el que ponemos la cabeza sobre la almohada. Un estado mental, un "sitio", que durante la jornada hemos intentado evitar con diversas distracciones y mucho autoengaño.

El "sitio" en el que acaba toda esa "gente" que aparece en la película es siempre el mismo: un estado de confusión, desorientación, y extrañamiento. Los personajes se encuentran cara a cara con el absurdo, y no saben cómo reaccionar. El motor de cada sketch es crear una expectativa muy clara, para luego desactivarla. Esto no sólo desconcierta al espectador, sino al propio personaje de la ficción. Es el antisketch.

Una mujer (Maribel Verdú) sube por las escaleras de su edificio y descubre en la puerta de un vecino un felpudo con un mensaje que encuentra ofensivo. Decidida, habla con el dueño del felpudo para exigirle que lo quite. Esperamos que haya un conflicto -externo- entre la mujer y su vecino (Tristán Ulloa), pero éste acepta inmediatamente quitar el felpudo. Esto nos sorprende y nos hace gracia, pero en la mujer produce otro conflicto -interno- muy diferente al que esperábamos. La mujer que interpreta Maribel Verdú ha llegado a ese "sitio". Y al salir de la sala de cine, el espectador posiblemente también se encuentre allí.

CONTENIDO EXTRA -DESVARÍO-
El "sitio" entendido como un limbo en el que se encuentra todo el cine español. El reparto coral de "Gente en sitios" mezcla el cine "de antes" -Maribel Verdú- con el de hace poco -Ernesto Alterio- el de ahora -Raúl Arévalo- y el futurible -Eva Llorach- pasando por el underground -Dídac Alcaraz- la televisión -Javivi- los chanantes -Ernesto Sevilla- y hasta ese caso único que es Santiago Segura. Todos esos actores están allí, en ese "sitio" que parece el mismo del capítulo final de "Perdidos".

CONTENIDO EXTRA -RECOMENDACIÓN-
El cortometraje "La Contraoferta" -producido por "La Cuarta Fila"- elige como punto de partida la realidad cotidiana -en el fondo también absurda- para llegar a ese "sitio" del que todos intentamos huir. Y os hará reír en el camino.

Podéis ver el corto en Filmin, como parte del largometraje colectivo #Sequence. Aparece en cuarto lugar (en el minuto 10:40, aproximadamente).

10 SESIONES DOBLES DE 2013 (PARTE DOS)

Está bien sufrir con Solomon, pero luego no tiene nada de malo acompañar a Django en su venganza.
 

Must be the season of the witch.
 

Un niño encuentra a un fugitivo de la Ley... un niño encuentra a un superhéroe en su garaje.
 

Sólo Dios perdona & Sharknado
Utilizando métodos completamente antagónicos las dos alcanzan una densidad extraña, onírica.
 

Guía ideológica para pervertidos & Blue Jasmine
Para aprender que nuestras vidas son ficción, y que estamos solos.
 

10 SESIONES DOBLES DE 2013 (PARTE UNO)

Interpretaciones al límite y una intensidad tremenda: esta sesión doble equivale a una hora de gimnasio.

























No hay nada más doloroso que encontrar a la persona de tu vida... y luego perderla.























La cabaña en el bosque & Expediente Warren
La noche de miedo perfecta para los que llevan toda la vida viendo películas de sustos.
























La primera es una experiencia en una sala de cine 3D. La segunda te gustará si sabes qué es un tribble.
 

Resolution & John dies at the end
Doble tanda friki-alucinada: te garantizo que no vas a entender nada de nada. Pero mola.

SUPERCROOKS (MARK MILLAR & LEINIL FRANCIS YU, 2013)


-AVISO SPOILERS-

Hay una convención en los cómics de superhéroes que se remonta al principio de todo en 1938: la unidad de espacio. Superman vive en Metrópolis, Batman en Gotham, y los héroes de la Marvel en Nueva York. Y si estos justicieros viven en esas ciudades, sus enemigos también. Hasta ahora nadie se había preguntado por qué a Electro -un villano de Spiderman- tras acabar en prisión una y otra vez, no se le ha ocurrido irse de Nueva York para robar bancos en, por ejemplo, Houston, donde el hombre araña no patrulla cada noche. Sí, el Joker está obsesionado con Batman, y Lex Luthor con Superman, pero los villanos menores bien podrían buscarse las castañas en otra ciudad. Probablemente el tema haya salido en miles de conversaciones frikis. Pero el primero que hace un cómic con esto es el guionista escocés Mark Millar.

Experto en darle la vuelta a las convenciones del género -"Kick-Ass" es el Quijote de los superhéroes- Millar nos presenta a un grupo de supervillanos de poca monta -no hay genios del mal aquí- que, cansados de ser derrotados una y otra vez ante los superhéroes neoyorquinos, deciden marcharse a un lugar en el que no haya ninguno: Tenerife. Porque nadie ha oído hablar de un "Capitán España" ¿No?

El planteamiento de la historia que plantea Millar tiene gancho, pero el desarrollo pierde fuerza, y el desenlace final resulta liviano. Los "supercrooks" liderados por Jhonny Bolt acaban enfrentándose a un supervillano retirado y envejecido que tiene como guardaespaldas a un superhéroe corrupto. Por lo que la premisa de evitar a los supertipos acaba siendo traicionada por el autor. Al fin y al cabo, el propio Millar ya había explorado la idea en una obra anterior: "Némesis" plantea un mundo "realista" en el que existe sólo un supervillano y ningún superhéroe.

Un apunte más: la posible adaptación cinematográfica del cómic estaría dirigida por Nacho Vigalondo ("Los Cronocrímenes", "Extraterrestre") que ha participado en la escritura del mismo. Esperemos que el proyecto salga adelante algún día.

ONLY GOD FORGIVES (NICOLAS WINDING REFN, 2013)


-AVISO SPOILERS-

El director Nicolas Winding Refn ha confesado que durante el embarazo de su mujer -de su segunda hija- descubrió rabia y violencia en su interior. Sentimientos que drenó en "Sólo Dios perdona": pura envidia del útero.

Julian (Ryan Gosling) es el hijo que nunca podrá satisfacer a su madre. Crystal (Kristin Scott Thomas) exige venganza por la muerte de su primogénito Billy (Tom Burke) que -tras haber matado a su padre con sus propias manos- se había refugiado en Bangkok, el equivalente a la "frontera sin ley" de un western. Billy consumó su complejo de Edipo, pero Julian es castrado por su madre, que se permite comparar el tamaño de su pene, con el de su hermano asesinado. Julian sale perdiendo en la comparación.

El gran antagonista es Chang. Encarnado por el actor tailandés Vithaya Pansringarm, Nicolas Winding Refn le dirigió susurrándole al oído: "eres Dios". Chang es un policía retirado, un ángel de la venganza que impone su Ley a golpe de espada corta -una Kachin Dha- en violentas escenas de una belleza hipnótica que culminan en sesiones de karaoke de aliento lyncheano

"Sólo Dios Perdona" es una revenge movie invertida desde el punto de vista occidental. El héroe encarnado por Ryan Gosling hereda la culpa del pecado de su hermano: la violación y el asesinato de una menor. Y la Justicia está del lado de Chang, el violento asiático que solía ser el villano de otras funciones.

Chang no perdona, y acaba eliminando a la verdadera fuente del mal: Crystal. Al encontrar su cadáver, Julian -en una escena que hará rechinar los dientes a más de uno- introduce sus manos en la herida abierta: desea volver al vientre materno. Esas mismas manos serán amputadas por Chang, por el dios padre castrador.

CONTENIDO EXTRA 1
La amputación de manos, de padre a hijo, es un tema recurrente en "Star Wars": Darth Vader corta la mano de Luke y acto seguido le suelta el famoso: "Yo soy tu padre".

12 AÑOS DE ESCLAVITUD (STEVE McQUEEN, 2013)

-AVISO SPOILERS-

En "Django desencadenado", Quentin Tarantino cuenta la historia de un esclavo liberado, nos muestra el horror de la explotación del hombre por el hombre, y luego permite que su protagonista salga victorioso de un sangriento tiroteo que culmina otra revenge movie. En "Malditos Bastardos" ya nos había dado la satisfacción de cambiar la historia para ver a Hitler ajusticiado. La venganza es uno de los motores centrales de casi cada película de Tarantino; pero en "12 años de esclavitud" no encontraremos esa satisfacción: sólo dolor, culpa y vergüenza.

Cuando el director Steve McQueen cuenta la historia de Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor) decide centrarse en la etapa de su vida que da título a la película. Su existencia previa como hombre libre es retratada en dos pinceladas, lo suficiente para que sepamos lo que ha perdido. Lo que ocurrió después, al recuperar su libertad, su lucha para ayudar a otros esclavos, sólo lo conoceremos gracias a unos textos al final de la película.

"12 años de esclavitud" se narra exclusivamente, sin tregua, sin piedad, esos años de sufrimiento extremo, que demuestran que el ser humano puede sobrevivir a las peores torturas. Para Sábato, "lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil." Es la demostración de que somos animales irracionales.

La intención de Steve McQueen es que nos sintamos avergonzados. "Ellos mandan hoy... porque tú obedeces" dijo Camus, y en la película los personajes, blancos y negros, colaboran, callan, no se rebelan: por eso la injusticia se mantiene. Por eso cuando Solomon cuelga de un árbol, durante lo que parecen horas, nadie le presta ayuda.

"12 años de esclavitud" nos enfrenta a vidas de sufrimiento y muerte que no tienen ningún sentido. Nos enseña que el estado de bienestar del que gozamos... es muy frágil. Y sobre todo, que no merecemos ser felices. Vivimos como vivimos por un mero accidente: el de haber nacido en unas condiciones determinadas. Eso que llamamos "dicha" depende tan sólo de que hayamos nacido en occidente, genéticamente sanos, y de que en nuestras vidas tengamos la fortuna de no sufrir accidentes o enfermedades... Pero todo puede cambiar si el azar decide que te quedes en el paro durante años... sufras la muerte de un ser querido... o te enamores de la persona equivocada.

"HOMELAND" -TEMPORADA 3-

-AVISO SPOILERS-

“Homeland” puede parecerse mucho a la vida real: una serie de acontecimientos que generan expectativas y que parecen tener sentido… pero que no son más que cosas que pasan. Os propongo un análisis malintencionado de las tramas de la tercera temporada que acaba de finalizar. A ver si estáis de acuerdo…

NICHOLAS BRODY

Planteamiento: Brody es un fugitivo, acusado de terrorista por el atentado contra la CIA.

Expectativa: ¿Es culpable del atentado? ¿Volverá con Carrie?

Desarrollo: Tras su aventura venezolana, Saul le ficha para una misión suicida, pero su culpabilidad –que nunca nos creímos- no se aclara del todo ¿Quién es el verdadero responsable? Da igual, porque al final Brody muere, y su nombre no se limpia... a pesar de que aceptó la misión con ese objetivo. Por otro lado, no parecen muy justificables los problemas de conciencia de Brody tras matar al objetivo en Irán: primero porque es un Marine, y segundo porque en la serie ya se ha cargado a un par de personas a sangre fría.

Desenlace: Muere.

Lo peor: Su descenso a los infiernos, léase Venezuela. Allí sufre torturas y acaba adicto a las drogas, pero todo eso se soluciona en dos minutos tras una semanita con los Marines. 

CARRIE MATHISON

Planteamiento: Carrie está empeñada en probar la inocencia de Brody.

Expectativa: ¿Conseguirá rehabilitar la imagen pública de Brody y ser feliz con él?

Desarrollo: Carrie pone en peligro su carrera, su cordura, su embarazo, pero nunca consigue encontrar al verdadero culpable del atentado… aunque tampoco hacía falta porque Saul ya tenía sus propios planes. A pesar de su gran amor por Brody, Carrie no pone pegas a que éste se apunte a una misión con pocas posibilidades de éxito. Cuatro meses después de la muerte del Marine, nos la muestran muy tranquila, y trabajando a pesar de su avanzado estado de gestación. La trama de su embarazo tampoco lleva a ningún lado. Pasado el golpe de efecto de los 42 tests de embarazo que se hizo, Carrie sigue trabajando y participando en misiones de alto riesgo -el peligro es ella misma: un compañero le pega un tiro- por su obsesión por Brody.

Desenlace: Carrie no consigue rehabilitar a Brody, ni limpiar su nombre, pero pinta una estrellita en una pared. Tras la muerte del Marine, no se derrumba, a pesar de lo frágil que se supone que es, y lo enganchada que estaba al pelirrojo. Eso sí, sufre una "crisis" y decide deshacerse de su hijo: una excusa argumental para comenzar la cuarta temporada libre de cargas. 

Lo peor: Carrie es vigilada por los iraníes, y para burlarles durante un par de horitas, finge estar en una clase de yoga utilizando a otra agente caracterizada como ella. Su doble del yoga.

SAUL BERENSON

Planteamiento: Tras el atentado y la muerte de su superior inmediato, Saul es el tío con más peso en la CIA.

Expectativa: ¿Conseguirá convertirse en el nuevo director de la CIA?

Desarrollo: En una fiesta -tras una cacería en la que no mata un pato- Saul descubre que no será director de la CIA. Tendrá que enfrentarse a un político puesto a dedo en la agencia. Pero mientras sigue siendo director en funciones, Saul hace y deshace: se inventa misiones secretas –encierra a su rival en una sala de reuniones- y no le tose ni el Presidente. Tras esto, su rival acaba echándole una mano... hasta que le vuelve a traicionar en el capítulo final: hacía falta matar a Brody. 

DesenlaceSaul abandona la serie para gozar de un retiro dorado ¿O volverá?

Lo peor: La mujer de Saul se echa un amante… que en realidad es un espía israelí… que en realidad seguía órdenes del rival político de Saul… que luego le ayuda a reclutar a dos miembros del Mossad para la misión en Irán… que luego no ayudan en nada a Brody... pues vale.
"Sé que me odiáis"
DANA BRODY

Planteamiento: Tras su intento de suicidio, se convierte en una “niña rebelde”.

Expectativa: Ninguna.

Desarrollo: Su romance con un chico problemático y su fuga acaban en un anticlímax. Su madre pasa el mal trago de pedir ayuda a Carrie… para nada. Dana vuelve a casa… para luego irse a vivir con unas amigas... todo así...

Desenlace: Acaba trabajando en un hotel. Menudo disgusto le da a su padre.

Lo peor: Todo.

THE WALKING DEAD - TEMPORADA 4 - PARTE 1


-AVISO SPOILERS-

En la serie clásica de "Star Trek" (1966) el trío protagonista - Kirk, Spock y McCoy- descendía a los planetas peligrosos acompañados por un par de tripulantes de la Entreprise, que vestían camisas rojas. Cuando el grupo se enfrentaban a una amenaza, estos pobres figurantes de rojo eran los que caían muertos. Obviamente, los tres protagonistas siempre sobrevivían -lo sabemos de antemano porque la semana siguiente habrá otro capítulo- por lo que el mecanismo para generar sensación de peligro era matar a uno de estos pobres diablos. Los "redshirts" son ya un chiste clásico para los fans de la serie (la analogía racista es nuestro "el negro siempre muere primero" en las películas americanas). En "The Walking Dead" (2010), cada vez que aparece un personaje nuevo, bien podría ponerse una camiseta roja. Son sólo carne de cañón para ser devorada por los zombis. 
Al principio de la cuarta temporada (2013) de "The Walking Dead" aparecen nuevos personajes para engrosar la población de la prisión que sirve de refugio a los protagonistas. Pero los indicios de que vamos conocer a una nueva comunidad con posibilidades de ofrecer historias interesantes son falsos. Los recién llegados son camisas rojas. Tras tres temporadas y media, ya tenemos claro un núcleo de personajes que sabemos que no van a morir (esto no es "Juego de Tronos") Rick, Glenn, Carl, Daryl, Maggie, Carol, y Hershel (je). Las muertes de estos personajes se utilizarán a cuentagotas como golpes de efecto para finales (o inicios) de temporada.

Mucho más despiadado es el cómic original de Robert Kirkman. Este fue concebido como lo que ocurre después de una película de zombies clásica (las de George A. Romero). Kirkman, además, se impuso un reto ¿por qué ha de tener esta historia un final? Una ambición a la que la adaptación televisiva difícilmente puede aspirar.

Uno de los grandes temas del cómic es la progresiva pérdida de humanidad de sus personajes, que al verse obligados a lidiar a diario con la muerte de los que les rodean se endurecen hasta convertirse en máquinas... o en animales. Sólo importa sobrevivir. En la cuarta temporada, la serie de televisión también explora este tema: Beth (Emily Kinney) no está dispuesta a llorar cuando muere su novio -al que acabamos de conocer- y Carol (Melissa McBride) mata a dos personajes -también recién incorporados- "por el bien del grupo". El dilema moral no da para mucho: Rick (Andrew Lincoln) destierra a Carol, a pesar de entender sus razones.

Esos conflictos encuentran una profundidad mucho mayor en el cómic, que ha explorado a lo largo de más de cien números la formación de pequeñas comunidades tras el fin de nuestra sociedad. Kirkman explora cómo nacen estos pequeños grupos en los que conceptos como la justicia, la libertad y el liderazgo varían en un mundo en el que han desaparecido los mínimos de bienestar y seguridad a los que estamos acostumbrados (en Occidente, en el Primer Mundo).

En la serie de televisión, la pequeña comunidad protagonista vivió al principio la tensión de tener dos líderes: Rick y Shane (Jon Bernthal). El primero intenta mantener los valores de la sociedad pre-apocalipsis zombie; mientras que el segundo estaba dispuesto a cualquier cosa para que su grupo sobreviva: esto es, rivalizar incluso con otros supervivientes humanos. La muerte de Shane produjo la inevitable pérdida de tensión en la serie. Sobre esto, hay un interesante artículo en Badass Digest que juega con la idea de que, si hubiera muerto Rick en lugar de Shane, la serie se hubiera salvado de la mediocridad.

En el sexto capítulo de la cuarta temporada, "The Walking Dead" reincide en el tema. Oxigenan la trama cambiando el punto de vista y centrándose en un nuevo grupo liderado por el despiadado Gobernador (David Morrisey). Esto parecía el punto de partida de una nueva dinámica en la serie que ofrecía bastante interés. Pero la subtrama sólo se extenderá un par de capítulos más, y acabará con la muerte del Gobernador y la desbandada de su grupo. 

Con los zombies siempre de fondo, la serie de televisión no ha conseguido hacer suficientemente interesantes a sus personajes y sus conflictos. Tampoco ha logrado crear un antagonista -humano- con empaque suficiente para enfocar la historia. El argumento de la epidemia en la prisión -que matará precisamente a personajes de nuevo cuño- deja ver que los zombis, como amenaza única, comienzan a mostrar síntomas de agotamiento.

-CONTENIDO EXTRA 1: SÚPER SPOILER-

En el cómic, el personaje de Andrea (Laurie Holden) no sólo no muere como en la serie de televisión, sino que acaba liada con Rick.

-CONTENIDO EXTRA 2: NO SOY ORIGINAL-

LA VIDA DE ADÈLE (ABDELLATIF KECHICHE, 2013)



-AVISO SPOILERS-

En su primera relación amorosa, Adèle (Adèle Exarchopoulus) no sólo pierde la virginidad. Su despertar sexual -con un chico- es el primer paso en el camino de conocerse a sí misma. Y lo que descubre es que le falta "algo". Una carencia que la empuja a perseguir "eso" que la hará sentirse completa. Lo encontrará, sí, pero sólo para perderlo de nuevo.

Adèle busca su identidad tratando de conectar con otros. No lo conseguirá. En su primera experiencia en un bar lésbico, se siente intimidada. Luego, sus amigas del instituto la agreden al sospechar que es homosexual. Entonces aparece Emma (Léa Seydoux) para cambiar su vida completamente. 

Por Emma, Adèle pasa de una manifestación por la educación pública, a una marcha del orgullo gay. Pero ninguno de los lemas en las pancartas parece ser realmente suyo. Tampoco tiene suerte al intentar encajar entre los amigos ricos e intelectuales de Emma: la diferencia de clases es demasiado grande. Además, Adèle pierde la confianza en sus propios padres: no les cree capaces de comprender su relación con una mujer. Más tarde, al empezar a trabajar como maestra, sus colegas la critican simplemente porque no quiere salir con ellos. Dando tumbos, Adèle aprende que pertenecer a un grupo significa seguir sus reglas, amoldarse a su moral, y adoptar una pose. El grupo arropa a sus miembros, ofrece seguridad y protección, pero a cambio niega la posibilidad de ser diferentes, libres, auténticos. 

Emma y Adèle se unen porque entre ambas surge una química que sólo se encuentra una vez en la vida. Para Adèle es todavía más importante: es la primera vez que se siente completa. Sólo a través del sexo consigue comunicarse -conectar- con alguien. Ella ama de manera simple pero apasionada: como esos platos de pasta que come en casa de sus padres. Los gustos de Emma son aprendidos, requieren un aprendizaje y una coartada intelectual: como las ostras que obliga a probar a Adéle para no quedar mal delante de sus sofisticados padres.

La pureza de Adèle le impide fingir para encajar. Dice sin tapujos lo que no le gusta, o admite de forma transparente que no sabe de vinos, o que no entiende a Sartre (¿"La infancia de un jefe"?) Esa pureza es lo que enamora a Emma -una joven artista, de clase alta, que la encuentra "graciosa"- pero al mismo tiempo es lo que impide que su relación tenga futuro. Por eso Emma pierde el interés por Adèle: la coraza que se ha forjado para encajar con los de su clase la protege, pero le impide sentir. En una escena desgarradora, Adèle pide a Emma una última oportunidad. Un encuentro trampa en el que utiliza la única arma que tiene: el roce de su piel. Emma se tambalea, está a punto de ceder, pero es cobarde. No se atreve a dejarlo todo por una maestra de escuela.

En uno de los desenlaces más crueles que recuerdo, Emma inaugura su primera exposición como artista, acompañada por una mujer que no le satisface, pero que encaja mejor en su esquema mental. Adèle asiste por dignidad, por orgullo, pero acaba humillada y sola. Al marcharse, sin saberlo, cruza una esquina que le niega la posibilidad de un final feliz.

FRANCES HA (NOAH BAUMBACH, 2012)


-AVISO SPOILERS-

Después de estar dos semanas obsesionado con el "Modern Love" (1983) de David Bowie, encontrar esa canción en "Frances Ha" (2012) me ha hecho pensar -de nuevo- que hay un argumento subterráneo bajo las cosas que nos ocurren. En la película de Noah Baumbach esta canción, y la coreografía, funcionan como homenaje al director Leos Carax... en mi vida... no lo sé.

“Frances Ha” tiene como referente principal la Nouvelle Vague. Decirlo resulta una obviedad: ahí están la frescura, la fotografía en blanco y negro, y, por si acaso no nos hemos enterado, la banda sonora utiliza varios temas de Georges Delerue -los de “El Desprecio” (1963) y “Los 400 Golpes” (1959) entre otros-. La protagonista, Frances, incluso hace un viaje relámpago a París, aunque para entonces la ciudad refleja su estado de ánimo en ese momento de la historia: triste, solitario, sin rumbo. 

No nos adelantemos: al principio de la película, Frances es feliz, y vive en ese Nueva York en el que todos queremos vivir. Los personajes que la rodean poseen ese carisma que todos quisiéramos tener, y aunque se quejan (como nosotros) de la falta de dinero, viven la vida que nos gustaría tener. Todo muy “cool” y por si quedaba alguna duda, por ahí se deja ver un Adam Driver salido de la serie más “cool” del momento: “Girls” (2012). Pero a pesar del exceso de “coolness”, “Frances Ha” se deja querer. Y se deja querer mucho.

La razón principal es Greta Gerwig, que enamora como Frances, un personaje de los que no se olvidan jamás. Lo peor que le podía pasar a esta actriz es que la hayan bautizado ya como la nueva musa del “indie”. Lo mejor, bailar en la gala de los “Youtube Music Awards” el “Afterlife” de Arcade Fire (la canción que me obsesionaba justo antes de “Modern Love”). 

En “La mente enamorada” (2001), los psiquiatras Thomas Lewis, Fari Amini y Richard Lannon establecen científicamente que somos seres incompletos. Las personas somos circuitos abiertos, y por eso necesitamos a alguien para ser estables. Y “La estabilidad significa encontrar personas que te regulen bien, y permanecer a su lado”. Dicho así parece sencillo... pero sabemos que no lo es.

Para Frances, esa persona que la “regula” es su mejor amiga, Sophie. Mientras están juntas, todo va bien. Pero cuando Sophie decide marcharse, Frances pierde la estabilidad. Comienza a dar tumbos en una ciudad en la que se establecen relaciones personales según la conveniencia de compartir un piso. Frances intenta conectar, pero no lo consigue. Toda su vida se va al garete, y de repente sus 27 años pesan más que nunca: al borde de convertirse en adulta y abandonar sus fantasías, Frances sufrirá un estado de regresión que la llevará de nuevo a donde comenzó todo: la universidad en la que conoció a Sophie: allí, por pura casualidad, se volverá a encontrar con ella, y será abandonada de nuevo. 

Frances describe su relación con Sophie en uno de los diálogos más bonitos que conozco: “Es esa cosa cuando estás con alguien, y le amas, y ese alguien lo sabe, y también te ama y tú lo sabes... pero estáis en una fiesta... y cada uno habla con otras personas, y te ríes y brillas... y miras al otro lado de la habitación y captas la mirada del otro -pero no de una manera posesiva, o precisamente sexual- sino porque... esa es tu persona en esta vida. Y es gracioso y triste, pero sólo porque esta vida tiene un final... y es ese mundo secreto que existe ahí, en público, pero sin que nadie lo note, sin que nadie más lo conozca. Es como esas otras dimensiones que se supone que existen a nuestro alrededor, pero que no tenemos la capacidad de percibir. Eso es lo que quiero de una relación. O de la vida... supongo”.

Sophie abandona a Frances porque lo “correcto” en esta vida es casarse y mudarse a un piso mejor. Su ausencia desencadena el traumático proceso de maduración que Frances había estado postergando hasta sus 27 años. Pero aunque al final Frances consigue convertirse en algo parecido a una mujer “adulta”, seguirá siendo “undateable”, como la describe su amigo-pretendiente Benji (Michael Zegen). 

Porque Frances no conseguirá nunca decirle “adiós” a Sophie. Es imposible. Es "su persona en esta vida". Quizás por ello, en “Modern Love”, David Bowie canta eso de “I never wave bye-bye... But I try... I try...” 

MARVEL´S AGENTS OF S.H.I.E.L.D.


-AVISO SPOILERS-

Cuando Marvel Comics nació en 1961 para competir con DC Comics con sus propios superhéroes, pronto hubo una diferencia clara entre las dos editoriales: los héroes y villanos de Marvel se liaban a tortas. Peleas a puñetazo limpio en las que solían destrozar coches, farolas, edificios y todo el mobiliario urbano que estuviera cerca de La Cosa, Thor o Hulk. Las peleas eran tan recurrentes, que décadas más tarde nació una serie muy curiosa llamada "Damage Control" (1989). Era una empresa que se dedicaba a limpiar el estropicio que dejaban las contantes batallas entre superhéroes y supervillanos, y de paso sacar tajada haciéndose cargo de las obras pertinentes. "Damage Control" no estaba protagonizada por héroes, sino por personas normales, y la falta de acción superheróica se suplía con mucho humor y parodiando a los héroes insignia de Marvel. Era una serie curiosa, un concepto original, pero anecdótico. En cada número solía aparecer de refilón Thor, el Capitán América o algún personaje de peso para animar la cosa. La serie -limitada- tenía su gracia, y tuvo cierto éxito, pero a la hora de la verdad, lo que el fan de Marvel quería leer realmente eran las aventuras de Spiderman, los 4 Fantásticos y Los Vengadores: las verdaderas estrellas de la casa de las ideas.
En el octavo episodio de "Agents of S.H.I.E.L.D." -que funciona como epílogo de la película "Thor: el mundo oscuro"- los protagonistas recogen los destrozos de la lucha entre el dios del trueno y el villano asgardiano Malekith. Los personajes de la serie mencionan a Thor y a Hulk, pero sabemos que nunca les veremos por allí (los cameos más emocionantes han sido los de Nick Fury y Maria Hill). Estos espías -que van a todos los sitios en vehículos con el logo de su agencia secreta- son "hombres de negro" que trabajan en un mundo traumatizado tras la batalla contra los aliens que vimos en "The Avengers". Los agentes de S.H.I.E.L.D. viven en los márgenes del Universo Marvel.

Cada capítulo tiene la estructura de un "Expediente X": un caso por episodio. Hay tres "macro-tramas" que -parece- se van a ir desarrollando durante la serie: la existencia de "Marea Creciente" (un grupo de hackers); el misterioso grupo "Centipede" (que experimenta con el "extreme" de "Iron Man 3"); y las secuelas que sufre el Agente Coulson tras "morir" en "The Avengers" (tras ocho capítulos sigo pensando que se trata en realidad de un SDV). El gancho de la serie, pero también su gran desventaja, es depender de una película tan espectacular como Los Vengadores, que siempre dejará a S.H.I.E.LD. un poco pequeña, un poco sosa: como los cortometrajes en los extras de un bluray.

Siendo niño, solía ver la serie de "Superman" (1952) protagonizada por George Reeves (vale, soy muy mayor). Me gustaba aquella serie, pero había algo que siempre me defraudaba ¿Por qué Superman se limitaba a luchar contra gángsters con pistolas que nada podían hacer contra el último hijo de Krypton? Cada capítulo, el niño que fui esperaba ver a alguno de los antagonistas clásicos que tanta guerra daban en los cómics: Lex Luthor, Bizarro, Brainiac. Obviamente, una serie tan antigua, con efectos especiales tan rudimentarios no podía permitirse robots gigantes... pero "Agents of S.H.I.E.L.D." sí podría ¿o no? Hasta ahora nos hemos tenido que conformar con el (posible) origen de "Graviton". Pero hay más de 50 años de historia en Marvel para saquear a gusto, y hacer que los más viejunos soltemos la lagrimilla de vez en cuando ¿para qué inventar nada nuevo? El niño que todavía soy espera que aparezcan I.M.A, HYDRA, y sobre todo Viper (olvidemos la de "Lobezno Inmortal").

Mientras espero, la razón principal para seguir viendo "Agents of S.H.I.E.L.D." es que representa el primer intento de trasladar la narrativa de los cómics de superhéroes (Marvel y DC) al audiovisual. Las películas de "Iron Man", "Thor", "Captain America" y "The incredible Hulk" desembocan en "The Avengers", cuya historia continúa en "Iron Man 3" y "Thor: El Mundo Oscuro", que a su vez conectan con la serie sobre los agentes de S.H.I.E.L.D. En el futuro inmediato veremos "Captain America: The Winter Soldier", "Guardian of the Galaxy", "Avengers: The Age of Ultron" y "Ant Man". Se han anunciado además cuatro series de televisión, una de ellas sobre Daredevil, que se cruzarían en la miniserie "The Defenders". La Fox y Sony intentan los mismo con X-Men y Spiderman, respectivamente. Warner ya ha anunciado "Batman y Superman", en la que aparece Wonder Woman, y que podría estar relacionada con la serie "Arrow". Y lo que propone Disney con "Star Wars" es exactamente eso: un universo audiovisual interconectado. El niño que fui nunca hubiera soñado que esto sería posible.

AVENGERS ACADEMY



Leídos los primeros 27 números, Avengers Academy es seguramente mi serie Marvel favorita. Sigue la tradición de títulos del pasado que me gustaban mucho como New Warriors (1989) los primeros Thunderbolts (1997) o Young Avengers (2005).

Todas estas series tenían ingredientes parecidos. Primero, rescatan algo tan subjetivo como el "sabor" de los cómics Marvel de siempre, con una clara voluntad de narrar aventuras más bien ligeras, con mucho ritmo, sin que ello esté reñido con un desarrollo de personajes más o menos profundo. Segundo, rescatan personajes secundarios, olvidados, o poco aprovechados, para renovarlos. Tercero, tienen la capacidad de crear personajes que recuerdan a los arquetipos de la casa de las ideas: inadaptados, rebeldes, o directamente monstruos. Y tercero, son series que están encapsuladas en su propio mundo, pero al mismo tiempo conectadas con el resto de sucesos del Universo Marvel. El gran mérito de Avengers Academy es que lo de siempre parezca fresco, y sea atractivo para los nuevos lectores, y para los de toda la vida.

Si Superman (1938) es el ideal al que el lector de cómics aspira; Spiderman (1962) es el superhéroe con el que ese mismo lector se puede identificar. Peter Parker era un adolescente como Robin, pero era el protagonista de la historia, no el compañero de Batman. Vivía en una ciudad de verdad (Nueva York), estudiaba en un instituto que parecía de verdad, y tenía las mismas inseguridades que un chaval real. Además, Spiderman no es ni de lejos tan poderoso como Superman, pero tiene suficientes habilidades para molar. Cuando Stan Lee lo creó, no había nada igual. Tuvo que sustituir a Jack Kirby porque su dibujo era demasiado ¿superheróico? por el más raruno Steve Ditko. Aún así nadie creía mucho en el personaje -¿a quién le gustan las arañas?- y tuvo que debutar en el último número de una revista que no se publicaría nunca más: Amazing Fantasy. Fue un éxito rotundo, y hasta hoy.

Pero hoy, Spiderman es tan popular como Superman, y probablemente más majo. El atractivo que le hacía diferente: el tono realista y oscuro de sus aventuras se ha esfumado hace décadas. Había que empujar el concepto más allá... y eso es Avengers Academy (2010). Seis adolescentes... desagradables. Lejos de ser chavales majetes como Peter Parker... caen mal. Ningún friki hará cosplay con sus trajes en el Salón del Cómic. Y como héroes dejan mucho que desear: pronto descubren que fueron elegidos para ser entrenados por ser los más proclives a convertirse en... supervillanos. Con ese "no future" como programa inconsciente en sus cabezas, y con las cicatrices psíquicas de haber sido torturados por Norman Osborn, su mentor no podía ser otro que Hank Pym: el único superhéroe maltratador, divorciado, y con un intento de suicidio a sus espaldas (y seguramente el que más veces ha cambiado de nombre y uniforme).

Queremos ser como Superman, nos identificamos con Spiderman, y damos gracias por no parecernos a los estudiantes de Avengers Academy. Son los héroes de los chavales que leen cómics en 2013 (¿todavía queda alguno?) Son héroes, sí, pero no saben por qué luchan. Nosotros tampoco.

"HOMELAND" ME OFENDE COMO MUJER


-AVISO SPOILERS-

En una de las escenas más cruentas de la televisión reciente, el personaje Majid Javadi asesina a su exmujer clavando una botella rota en su cuello. Su crimen machista debe quedar impune en favor de la Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Pero la repugnancia que pueda despertar semejante asesino en los personajes de la serie... se olvida rápidamente. La misma protagonista, Carrie Mathison, soporta sin problemas la presencia de Javadi con tal de sacarle información sobre la inocencia del objeto de su amor: Nicholas Brody. La escasa repercusión moral de un asesinato -así de brutal- en la serie, debería hacernos pensar en el papel de las mujeres en "Homeland".

Primero habría que preguntarse por lo obvio: qué razones llevan a que Carrie Mathison no pueda ser simplemente una mujer muy eficaz en su profesión. Al parecer, para que el personaje femenino sea "interesante" hay que añadir un trastorno psicológico (allí está "The Bridge"). Lo malo es que ese desequilibrio justifica que Carrie Mathison concentre todas las acusaciones hacia las mujeres que una mente machista pueda albergar: es emocionalmente inestable, prácticamente irracional, voluble, y poco fiable en su trabajo.

Durante la serie, Carrie sufrirá todo tipo de humillaciones relacionadas con los tópicos de lo "femenino". Sus compañeros masculinos no respetan sus opiniones (aunque siempre tiene la razón). Suele llorar o demostrar sus emociones públicamente (¡hace pucheros!) Además, es la "roba maridos" que se lía con Brody, y en los últimos episodios de la tercera temporada, se la acusa también de "mala madre" al no tener la precaución necesaria con su incipiente embarazo. Poco después, un compañero utiliza su embarazo para poner en duda su capacidad para seguir trabajando en la misión. Además, Carrie tiene otros hábitos que suelen ofender a los "machistas": es perfectamente capaz de practicar el sexo con un desconocido, bebe y... fuma (esto se lo recrimina Brody en el último capítulo emitido. Terrible).

Evidentemente, hacía falta una enfermedad psíquica para justificar el elemento más endeble de "Homeland": que una agente de la CIA se enamore de un presunto terrorista. Pero si hacemos la vista gorda con el enamoramiento de Carrie precisamente porque está "loca", que Nicholas Brody le corresponda resulta mucho menos verosímil. Lo peor del asunto, es que Carrie pone en riesgo su vida, su trabajo y su reputación por amor a Brody. Lo más sangrante, es que esto no funciona así a la inversa.

Carrie será tratada como una loca histérica durante cada temporada: la ingresan una y otra vez en una institución mental (por suerte ya no hay hogueras para "brujas" como ella). Pero es que el "plan maestro" de Saul Berenson en la tercera temporada se aprovecha de ello: consiste en humillar públicamente a Carrie. Ella tragará con todo, con el único fin de probar la inocencia de Brody. Tal es su empeño en conseguir este objetivo, que sus compañeros tendrán que pegarle un tiro cuando, una vez más, ponga en peligro la misión por amor a Brody. Mientras tanto, el Marine, que ha pasado por su propio infierno, sólo necesita entrenarse un poco (en una breve secuencia) para recuperarse. Previamente, había despreciado a Carrie, dándole la espalda. No quiero ni pensar en los esfuerzos que tendrá que hacer la sufrida agente Mathison para recuperar el amor del pelirrojo. Un apunte más: Carrie se refiere a su "gran amor" por su apellido "Brody". Y eso muy de señora "de antes".

Es posible que alguno piense que todo personaje protagonista debe sufrir durante el relato. Superar los obstáculos y "crecer". Carrie Mathison no parece aprender demasiado de su sufrimiento: sigue confiando en Saul, sigue amando a Brody. Pero además, Carrie no es el único personaje femenino que sufre en la serie.



Jessica Brody, se quedó viuda cuando su marido desapareció y, libre de ataduras, se enamoró del mejor amigo de éste. La serie se esmera en dejar claro que Mike Faber es el verdadero amor de Jessica (la escenas sexuales dejan claro que tienen "química"). Pero cuando Nicholas vuelve a la vida, Jessica regresa con él sin dudarlo por el "qué dirán". Tiene un pase que Jessica esté dispuesta a soportar esta situación durante un tiempo... pero que renuncie a su felicidad para cumplir con su papel de esposa y madre, resulta, como poco cuestionable. Por si fuera poco, hacer el amor con su marido roza el sexo "forzado". ¿Es justificable que la mujer de un militar, en el siglo XXI, se comporte así? Puede ser. Pero además, Jessica soporta otras humillaciones, como el desprecio (inexplicable) de su hija, y tener que pedir ayuda nada menos que a Carrie, la mujer que le ha "robado" a su marido, en una de las subtramas más absurdas de la serie (Otro personaje, ya olvidado por completo, es el de Helen. Ella también se quedó viuda, pero se casó con otro, ganándose las críticas de su círculo social militar. Pero cuando reaparece su marido, aún convertido en terrorista, descubre que sigue enamorada de él ¡Y le ayuda a escapar! ¡Le da igual que pueda cometer un atentado! En "Homeland" no hay nada más peligroso que una mujer enamorada).



Otro personaje maltratado injustamente es el de Mira, la pareja de Saul Berenson. Se trata de una mujer sofisticada y exitosa que trabaja en la India... pero cuando está con su marido no hace más que recriminarle su compromiso con su trabajo (y con su país) porque necesita a un hombre que esté con ella. A Saul le duele separarse de ella... pero no lo suficiente como para dejar su trabajo. En la tercera temporada Mira parece vengarse (y vaya tela) al encontrar un amante que sí tiene tiempo para ella, que sí la satisface. Pero ella también será humillada: su amante es realmente un espía israelí que sólo quería obtener información de Saul. Pobre Mira.



Pero la peor parte de todo se la lleva la odiada (por los espectadores) Dana Brody. La chica está perdidamente enamorada de su padre, y cuando éste resulta ser un terrorista, se hunde. Pero su padre es sólo el primero de una lista de amores que perjudican a Dana: primero un niño rico sin escrúpulos que atropella a una mujer y se fuga; luego justo lo contrario: un chaval rebelde con problemas psicológicos que mató a su hermano. Qué poco tino tiene Dana para el amor. La pobre intentó suicidarse (algún espectador quiere que lo intente de nuevo) y ha terminado por renunciar a sus estudios para independizarse. Curiosamente, el hermano pequeño de Dana no parece tener ningún trauma relacionado con que su padre sea el terrorista más buscado del país. Dana acabará limpiando habitaciones de hotel, cosa que horroriza a su padre al enterarse. Carrie le responde en una frase que resume el espíritu de la serie: "¿Qué tiene de malo limpiar habitaciones?"

DE CÓMO PASÉ DE MI PSICÓLOGO Y APRENDÍ A AMAR LAS PELÍCULAS DE STANLEYKUBRICK



Según el paradigma basado en el trabajo del mitólogo Joseph Campbell -adoptado por el Hollywood más mainstream- el Héroe debe superar siempre los obstáculos, desafiar a los dioses, salvar el mundo, hacerse "uno" con el cosmos, y convertirse en dueño de su destino. Superman, James Bond o Indiana Jones nos hacen olvidar que somos patéticos. Los personajes de Kubrick nos ayudan a recordarlo.

El cine de Kubrick tiene el mismo efecto que mirar a las estrellas: te sientes pequeño, absurdo, incómodo, y abrumado por su belleza. Y cada película de Kubrick tiene el mismo valioso mensaje para vivir en sociedad: no vale la pena luchar, no podemos cambiar las cosas, estamos atrapados por un orden que no comprendemos y que es mejor no entender. Nunca seremos felices.

El protagonista de un film de Kubrick suele ser un hombre que se ha rebelado contra el orden social: un esclavo convertido en gladiador, un criminal, un pandillero, un pedófilo o peor: un padre de familia que quiere ser escritor. Este hombre rebelde luchará, pero su victoria final se demostrará inútil. Fracasará casi siempre por un golpe del destino: un perrito que escapa de su ama puede dar al traste con un atraco perfecto.

Pero tras esa lucha inútil, el héroe de Kubrick consigue una pequeña "recompensa": la conciencia. Tras sortear todo tipo de obstáculos, consigue atisbar lo que se esconde detrás... detrás de la sociedad, del gobierno, del cosmos, del tejido de la realidad... Ese abrir los ojos, ese descubrir que somos títeres absurdos, suele ser revelado por un personaje misterioso, que ha estado moviendo en secreto los hilos que controlan al héroe.


No hay mejor prueba de esto que Alex (Malcolm McDowell) en "La Naranja Mecánica". Un joven pandillero que se comporta de forma tan salvaje como los simios del prólogo de "2001". Se siente superior a lo que él cree es el orden social. Pero cuando llega demasiado lejos y mata a una anciana, descubre un orden superior que le manda a la cárcel. Allí será sometido a la temible "Técnica de Ludovico". Un lavado de cerebro que le despojará de toda agresividad, y le convertirá en una víctima del mismo orden que antes creía dominar. Detrás de todo esto, se encuentra un político: el Ministro, que busca sacar rédito electoral del experimento, manipulando la opinión pública.

En “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú”, somos nosotros, los espectadores, los que tenemos acceso al orden oculto: a la Sala de Guerra donde los líderes de los Estados Unidos decidían nuestro destino cada día durante la Guerra Fría. Pero Kubrick se ríe también de ellos. Hay un gobierno detrás del Gobierno, todavía más oscuro: esa reliquia nazi que es el Dr. Strangelove anuncia que tiene un plan para salvar a los que mandan cuando llegue el Apocalipsis. 


Dr. Strangelove: ¡Señor! ¡Tengo un plan! (se levanta de su silla de ruedas) ¡Mein Führer! ¡Puedo caminar!

Mucho más familiar nos resulta "Eyes Wide Shut". Bill Harford (Tom Cruise) es un hombre atrapado en un matrimonio, presa de los celos, y esclavo de sus fantasías reprimidas. Una noche emprende su particular viaje del héroe: un descenso a los infiernos que le permite descubrir un mundo desconocido. Esa noche vive una serie de aventuras, pero cuando se acerca demasiado a la verdad, un amigo, Victor Ziegler (Sidney Pollack) le llama para hacerle una advertencia...

Victor Ziegler: Bill, ¿tienes la más mínima idea del problema en el que te has metido sólo por haber ido allí anoche? ¿Quién crees que eran esas personas? Esas no eran personas comunes. Si te dijera sus nombres... no, no te voy a decir sus nombres... si lo hiciera, creo que no podrías dormir por la noche. 

Ziegler revela a Bill que hay un círculo secreto con suficiente poder para destruir a cualquiera que haga demasiadas preguntas. Con suficiente información para volver paranoico a cualquiera, Bill tendrá que volver a su matrimonio, olvidarlo todo... y "follar".

En "El Resplandor", Jack Torrance (Jack Nicholson) es un escritor frustrado. Sufre un bloqueo creativo del que probablemente culpa a su familia. Por ello decide aislarse en un hotel que efectivamente activará su fantasía... pero también liberará sus fantasmas. Torrance enfrenta sus visiones, pierde sus facultades mentales, pero obtiene el acceso a otro mundo... al más allá. Allí encuentra a un hombre que le dirá que forma parte de un plan...
Delbert Grady: Señor Torrance, veo que no se ha hecho cargo usted del asunto que habíamos discutido.

El "asunto" no es otro que asesinar a su familia, como había hecho hace años Delbert Grady en ese mismo hotel.  Grady puede ser sólo una voz en la cabeza de un loco... o un ser sobrenatural que maneja a Jack para que mate también a su mujer y a su hijo. Eso explica que Grady tenga más información que Jack, y que conozca los poderes sobrenaturales del pequeño Danny... 

Delbert Grady: Su hijo tiene un gran talento. Creo que usted no es consciente de lo talentoso que es su hijo.


También forma parte de un plan mayor, sin saberlo, el astronauta Dave Bowman en "2001". Cuando consigue desactivar el superordenador HAL 9000, Bowman parece tomar el control de su destino: de la nave que se dirigía a Júpiter. Pero esa victoria se revela falsa cuando un mensaje grabado en vídeo se activa automáticamente. El Doctor Heywood R. Floyd, informa a Bowman de que hasta ahora no ha sido más que una herramienta de los poderes que guardaban un secreto de Estado: han contactado con vida extraterrestre. Bowman no conocía su misión, pero pronto tendrá acceso a los secretos del Universo. Iniciará un viaje tras el cual volverá a nacer -literalmente- como un ser evolucionado, un superhombre ¿Será por fin dueño de su destino? ¿O simplemente ha dado otro paso en un camino marcado por la enigmática inteligencia detrás de los monolitos?


Kubrick niega a sus personajes -y a sus espectadores- el regreso a casa con la sabiduría adquirida tras la aventura. Sólo les permite darse cuenta de que su lucha contra el poder es inútil. Porque el laberinto del que han salido ha sido cuidadosamente trazado por alguien que manipula, emociona, aterroriza y hace pensar. Alguien que prefiere mantenerse oculto, en la sombra, detrás de la cámara.