EL HILO INVISIBLE -ALTA COSTURA


El hilo invisible es una película sencillamente perfecta. Puede no gustarte, puedes encontrarla lenta o incluso aburrida, pero Paul Thomas Anderson vuelve a demostrar que es uno de los mejores directores -del mundo- en activo, con su nueva obra -maestra-. Reynolds Woodcock -interesante apellido- interpretado por el siempre grande Daniel Day Lewis, es un afamado diseñador cuya vida cambia cuando conoce a Alma (Vicky Krieps), una simple camarera que desequilibra su mecánica rutina existencial. Poco más ocurre en una historia minimalista con la que el director de The Master (2012) crea un universo en miniatura dentro de la casa/taller de Woodcock -inspirado en Balenciaga-. Reynolds vive para su oficio, para su arte, que vive con pasión religiosa. Vive solitario, aunque rodeado de mujeres, con una madre ausente muy presente y la actitud de un tirano infantil. Todas le obedecen, menos Alma, torpe, ruidosa, espontánea y rebelde. Hay un tercer personaje en discordia, una hermana Hitchcockiana, Cyril, encarnada por Lesley Manville, nominada al Oscar igual que Lewis. El hilo invisible está hecha de pequeños detalles antes que de grandes escenas dramáticas. Es tan sutil como elegante. No esperéis exabruptos. La interpretación de Daniel Day Lewis es milimétrica y la cámara de Anderson siempre está ahí para captar sus significativos gestos hacia Alma. Es un film basado en el juego de sostener la mirada, sin parpadear, que viene a ser una metáfora de las tensiones de la pareja, concebida como una lucha -algo sádica, algo masoquista- de poderes, en el que uno debe debilitar al otro para acabar imponiéndose. La rutina de Woodcock, sus gustos, sus manías, sus fobias, marcan la progresión hermética del argumento. Estamos ante una película de desayunos. La planificación de Paul Thomas Anderson para contar todo esto es simplemente perfecta, mueve la cámara lo justo para mostrarnos, por ejemplo, como suben y bajan las escalares esas señoras costureras que trabajan en el taller de Woodcock, absolutamente maravillosas, absolutamente verdaderas (el vestuario, que supuestamente cosen, está nominado a un Oscar). La belleza de las imágenes que crea Anderson se complementa con la habitual música distanciadora que utiliza el director desde Pozos de Ambición (2007), que incluye además un hermoso tema principal de su compositor habitual, Jonny Greenwood -Radiohead- nominado también por la Academia de Hollywood. Fría como un témpano, pero hermosa como el amanecer, con humor de cine clásico y muy romántica, El hilo invisible sería justa ganadora del Oscar a la mejor película, y su director merecedor de su primera estatuilla.

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