THE MANDALORIAN -TERCERA TEMPORADA -LA CONFIRMACIÓN


Star Wars
es la aventura soñada y Jon Favreau es quien mejor ha sabido entenderlo en The Mandalorian. En su tercera temporada, la verdad, es que la serie no tiene mucho más que contar. Poco importa. Favreau está empeñado en seguir con su estupendo serial apostando por el entretenimiento puro, valiéndose de una mezcla de géneros y referencias que potencian el placer del fan y del cinéfilo.

Favreau parte del western con un protagonista, el Mandaloriano, que es una actualización del misterioso pistolero que deshace entuertos en el Oeste americano, llevado a su máxima expresión por Sergio Leone, inspirado a su vez por el samurái sin señor de Kurosawa. En esta tercera temporada veremos cómo Greef Karga (Carl Weathers) le ofrece a Din Djarin (Pedro Pascal) ser el sheriff del planeta a cambio de tierras para un retiro dorado como granjero. No hay nada más 'western' que eso. Por no hablar de ese último plano de la temporada, claro homenaje a Pasión de los fuertes (1946) de John Ford. Pero el cine del oeste no es la única referencia que maneja Favreau. En esta temporada, el héroe busca la redención para volver al seno de su pueblo, los mandalorianos, una suerte de caballeros de la mesa redonda, de coloridas armaduras, que tienen su propia Excalibur en la espada oscura, siempre listos para luchar en diferentes aventuras asaltando castillos, internándose en oscuras grutas y luchando contra peligrosos dragones. Favreau ha conseguido desarrollar una mitología estimulante alrededor de las tradiciones de los mandalorianos y que el lema 'Este es el camino' sea ya casi tan conocido como 'Que la Fuerza te acompañe'. Y por si fuera poco con el western y los caballeros medievales, Favreau agrega otros elementos del cine clásico de aventuras, como los piratas, que son aquí los primeros grandes enemigos a batir y que permiten unas divertidísimas batallas espaciales al más puro estilo Star Wars y que dan pie a una referencia que ya es clásica en esta serie: la de Los siete samurais (1954) -o Los siete magníficos (1960)- en el episodio The Pirate. Sumemos a todo esto referencias al cine de monstruos de Ray Harryhaussen: la lucha de los mandalorianos contra una especie de cocodrilo gigante, el rapto de un niño por parte de una criatura voladora, esa suerte de Kraken que es el misterioso Mythosaurio, la criatura colosal en el planeta Mandalore. Todo esto da como resultado un festín irresistible. Favreau se permite, además, divertidas digresiones como el episodio Guns for Hire, mezcla de cine negro con ciencia ficción a lo Blade Runner (1982) en el que el protagonista actúa como un policía racista ante una minoría étnica: los robots.

Y me parece también ejemplar cómo esta serie se sitúa en cronología de Star Wars, jugando con las referencias a las fallidas precuelas -el espectacular prólogo sobre el origen de Grogu, con la recuperación de Ahmed Best, quien fuera Jar Jar Binks, dignificado aquí como uno de los últimos Jedi-, manteniendo el tono de la trilogía original que todos amamos y presentándose como un prólogo con la discutida trilogía final. Si George Lucas enfrentaba a sus jóvenes héroes al fascismo de un Imperio Galáctico creado a imagen del nazismo, The Mandalorian nos muestra a los neonazis, a la ultraderecha escondida en los fallos de la democracia, preparándose para volver al poder, como bien demuestra el episodio The Convert

En el último episodio de esta temporada, The Return, sin revelar spoilers, nos queda clara la sabiduría de Favreau: un argumento que es pura diversión, acción espectacular y estupendas ideas. Hay referencias a Star Wars (1977) con el droide R5 haciendo la mejor imitación de R2D2, y también hay elementos de las precuelas, con esa estupenda pelea marcada por las barreras láser que recuerda al mejor momento del Episodio I (1999), además de un desenlace con tres acciones paralelas a imagen y semejanza del El retorno del Jedi (1983). Y por encima de este buen hacer de Favreau, creo que su gran logro es haber desarrollado, dentro del Universo Star Wars, su propia historia, su propia mitología -la de los mandalorianos- que, por fin, se consolida como una alternativa interesante y divertida a la saga de Skywalker.

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