SUPER MARIO BROS: LA PELÍCULA -REVUELTO DE SETAS

Yo es que era de Sega. Pero hay que admitir que Super Mario Bros: La película cumple con su misión principal, entretener a nuestros niños. Una aventura en la que el famoso fontanero, Mario (Chris Pratt) deberá luchar contra el malvado Bowser (Jack Black), si bien ya no es necesario rescatar a la princesa Peach (Anya Taylor-Joy) que sabe valerse por sí misma. La animación es soberbia, colorida y luminosa. Los momentos de aventura y acción son trepidantes y espectaculares. Hay mucho humor, y algunos momentos paródicos que solo los padres sabrán captar -esa cursi canción al piano de Bowser-, como es habitual en los productos de Illumination. Todo esto garantiza 92 minutos en los que los niños pasarán un buen rato. Lo que no impide que lamente en esta película la ausencia de inspiración. Estamos ante un producto calculado para explotar una franquicia que ya ha sido tremendamente rentable a través de varias décadas. El videojuego original fue desarrollado en 1983 y si se ha convertido en un clásico es por su mécanica -las plataformas- y no por su supuesta historia, que coloca a un fontanero en un mundo de setas para enfrentarle a tortugas dragón. En la película, resulta casi doloroso el esfuerzo del guión para darle un sentido argumental a todo eso. El guionista Matthew Foggel estructura la historia siguiendo las conocidas etapas del viaje del héroe de Joseph Campbell -utilizadas ya en cientos de películas desde George Lucas en Star Wars (1977)-. Así, conoceremos a Mario en su mundo ordinario -el nuestro- y luego le veremos traspasar el umbral hacia un nuevo escenario maravilloso para vivir aventuras, sortear obstáculos, vencer enemigos y encontrar aliados. La innecsaria escena en el vientre de la bestia (marina) ya me parece de traca. Por último, veremos a Mario regresar convertido en un poderoso héroe (con bigote). Si ese transitado camino puede parecer conservador, el planteamiento estético es todavía menos estimulante: ni rastro del origen pixelado del videojuego original. La película tiene una animación hiperrealista que resulta casi grotesca aplicada a los muñecotes del videojuego y que, sobre todo, la hacen indistinguible de cualquier otro producto infantil actual (aunque su calidad sea enorme). Sumemos a esto una desafortunada trama en la que Bowser intenta casarse por la fuerza con Peach, un intento de introducir un tema feminista que acaba siendo simplemente incómodo. Y lo peor es que la película acaba con una batalla en el mundo real, a tortazo limpio, que parece inspirada en el cine superheroico actual. Un desatino que no se salva ni por los muchos guiños a la historia de Nintendo, que seguramente sabrán apreciar los fans. Yo es que era de Sega.

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