ASEDIO -ADRENALINA


Asedio
 mola. Siempre hay que aplaudir el cine español de género, y en la película dirigida por Miguel Ángel Vivas hay una encomiable voluntad de entretener al espectador. Tras un estupendo prólogo que pone en situación a la protagonista y su trabajo como policía antidisturbios, la película ocurre casi en tiempo real durante un desalojo que se complica de formas que no conviene revelar. La idea es similar al estupendo primer episodio de la serie Antidisturbios de Rodrigio Sorogoyen, solo que aquí la tensión de la operación del desalojo se extiende durante unos ajustados 100 minutos. La actriz Natalia de Molina está fantástica en el papel de una agente novata que se mete en serios problemas durante el desahucio, que, repito, esconde bastante más de lo que parece. El guión -firmado por Marta Medina- es ejemplar en su empeño por presentar un giro tras otro. Impactos casi constantes que crean un ritmo tremendo durante prácticamente todo el metraje. Hay un trasfondo social sobre la precariedad laboral, la eterna crisis de la vivienda y el problema de la inmigración en España, pero Asedio es cine de género pensado para entretener al espectador valiéndose de todos los recursos posibles, acumulando momentos de tensión, de violencia extrema y poniendo a los personajes en interesantes conflictos morales. Un thriller con mucha acción que seguramente aprobarían John Carpenter y Quentin Tarantino. En el apartado visual hay que destacar una cámara agobiante, pegada a los personajes, que sigue sobre todo a la protagonista -estupenda fotografía de Rafael Reparaz- y que mantiene fuera de foco su entorno inmediato, haciéndonos partícipes de su punto de vista y convirtiendo todo a su alrededor en una posible amenaza. Si añadimos a esto la música de Sergio Acosta, Asedio se convierte en una experiencia adrenalínica. Hay que ir al cine a verla.

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