KIMI -SOLA EN CASA


Steven Soderbergh -¿No se había retirado del cine?- ha estrenado nueva película en HBO Max, titulada Kimi, sobre una joven que, tras el confinamiento por la pandemia, no se atreve a salir de casa. El guión, firmado por el reputado David Koepp, se presenta como un thriller con el reto de que gran parte de la historia debe ocurrir en ese piso que la protagonista, Angela -estupenda Zöe Kravitz-, no se atreve a abandonar. Con aires hitchcockianos -la música del habitual colaborador de Soderbergh, Cliff Martínez, me parece que también apunta en esa dirección- el planteamiento recuerda a La ventana indiscreta (1954), actualizando sus postulados a la situación actual de nuestra sociedad, absolutamente mediatizada por las nuevas tecnologías. Así, en su primera parte, el relato, aunque pausado, me parece un estupendo estudio de nuestros miedos actuales: las mascarillas, la dependencia de la tecnología, el querer encerrarse en casa y evitar el contacto con el exterior. Incluso, el miedo a comprometerse en una relación sentimental en los tiempos de incertidumbre que vivimos. En su segundo tramo, Kimi deviene un thriller de Hollywood más convencional, creo que ejecutado con algo de desgana. Una deficiencia que me parece perdonable porque lo verdaderamente interesante de esta película es la disección del momento actual: cómo la promesa de una vida mejor, gracias a las nuevas tecnologías, puede convertirnos en peores personas, menos humanas; cómo la idea de una conectividad total instantánea con todo el mundo puede tener como efecto secundario nuestro propio aislamiento; o la idea conspiranoica de que los famosos asistentes inteligentes sean el caballo de Troya de las grandes empresas para despojarnos de nuestra privacidad incluso en nuestro hogar; y por último, que esos gurús cargados con promesas sobre un futuro brillante y progresista sean la tapadera de los capitalistas de siempre, capaces de enterrar cualquier pecado cometido, a cualquier precio.

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