LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA -TODO LO QUE SIEMPRE QUISO SABER SOBRE SEXO


Sobre el sexo como forma de establecer relaciones con los demás y como paso definitivo de la adolescencia a la madurez nos habla La consagración de la primavera, soberbia película de Fernando Franco. El planteamiento del film nos propone como protagonista a Laura (Valeria Sorolla), una joven mallorquina que ha abandonado el hogar para comenzar sus estudios universitarios en Madrid, hospedándose en un colegio mayor. Veremos a Laura intentando relacionarse con los demás, pero encontraremos que tiene un problema con los chicos, con el sexo y con su propio cuerpo. Es entonces cuando en su camino se cruza David (Telmo Irureta) un joven con parálisis cerebral: el encuentro entre estos dos personajes es la película. La amistad que comienza a forjarse entre ambos está mostrada en la pantalla con inteligencia, ternura y una humanidad tremendas. Cada momento que Sorolla e Irureta comparten es memorable. Franco nos dice que Laura es una joven sobreprotegida e incómoda con su sexualidad, cuya educación católica le impide abrirse al mundo; la discapacidad de David, en cambio, le hace mucho más práctico y seguro de lo que quiere, incluso en materia sexual. Entre ambos está una gran Emma Suárez, una madre directa y transparente, nada turbia a pesar de algún rasgo digno del cine de Bertolucci. Tres personajes y tres actores que elevan la película de Fernando Franco has conseguir la emoción del espectador. Una película a la que solo puedo achacarle un desenlace en el que me queda la duda de si el personaje de David ha sacado lo suficiente de su relación con Laura o si simplemente se resigna a volver a la invisibilidad que sufren las personas con discapacidad. La respuesta está, quizás, en fijarse en cuál de los dos personajes acaba llorando durante el desenlace de la historia.

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