NOSOTROS TAMBIÉN PODRÍAMOS ESTAR MUERTOS -CINE Y MENSAJE


La directora rusa, aficanada en Alemania, Natalia Sinelnikova debuta en el largometraje con la estupenda Nosotros también podríamos estar muertos, una alegoría sobre los tiempos que corren ubicada espacialmente en un edificio aislado en un tiempo indeterminado -¿Un futuro cercano distópico?-. La protagonista del relato es la encargada de la seguridad del edificio, interpretada por Ioana Iacob, actriz de origen rumano -creo que no por casualidad-. Su misión, además de velar por la seguridad de la comunidad, es también la de recibir a los posibles nuevos residentes, que desean vivir en el complejo. Se nos da a entender que estamos en un mundo en el que el exterior es hostil y peligroso, y que dentro de dicha comunidad solo vive un grupo de privilegiados. La armonía dentro de la urbanización, sin embargo, se verá perturbada cuando el perro de uno de los vecinos (Jörg Schüttauf) se extravíe. Un hecho que hára aflorar el miedo, la desconfianza y la paranoia en los vecinos, conflicto con el que tendrá que lidiar la protagonista. La directora cuenta todo esto en el tono distante, frío y extrañado de Michael Haneke -quizás los palos de golf son un guiño a Funny Games (1997)- o un Yorgos Lanthimos, con algo de su esquinado sentido del humor. Sin embargo. la perspectiva es femenina, siendo de lo más interesante de esta cinta la relación entre la protagonista y su hija adolescente, cuyo problema resume el tema central de la historia. Nosotros también podríamos estar muertos sigue la tendencia de cierto cine actual, sobre todo europeo, que prefiere la tesis antes que emocionar al espectador. Aquí vemos claramente temas tan actuales como el problema de la desigualdad, la inmigración, las fake news y el uso del miedo en los medios, o la polarización de las sociedades. Temas interesantes y necesarios, pero que, quizás, están demasiado presentes. No dejan de ser los mismos asuntos que nos planteó, por ejemplo, M. Night Shyamalan en El bosque (2004), de una forma, claro, mucho más comercial.

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