BLACK BOX DIARIES -RETRATO DE UNA VIOLACIÓN


"Todavía estoy aquí" es el mensaje que quiere darle a su violador la protagonista, tanto de los hechos reales como delante de la cámara, la escritora y directora japonesa, Shiori Ito, en el documental nominado al Óscar, Black Box Diaries (2024). Ito narra su expeiencia en primera persona tras haber sido agredida sexualmente por un periodista, Noriyuki Yamaguchi, entonces poderoso director de la cadena de televisión privada de nipona, TBS. La suya es la historia de la mayoría de las violaciones cuando no hay más pruebas que el testimonio de la víctima, que se enfrenta, paradójicamente, al rechazo social -incluso al cuestionamiento familiar- y a la dificultad de encontrar justicia en un sistema judicial fallido. En la película acompañamos a Ito día tras día, la vemos buscando testimonios que apoyen su versión de los hechos, escribiendo un libro sobre lo ocurrido, y grabando con su cámara las imágenes que luego se han convertido en un poderoso documental que es algo así como la crónica de todas las violaciones. Al ya mencionado cuestionamiento de la víctima, hay que sumar el trauma personal, la huella que deja una experiencia terrible, cuyo recuerdo se puede disparar en la mente de Shiori Ito por diferentes motivos cotidianos, como encontrarse con un hombre calvo y con barba, o, significativamente, al contemplar los cerezos en flor, que retrotraen a la protagonista a la estación meteorológica en la que ocurrió la agresión. Shiori Ito relaciona una agresión sexual con una imagen que relacionamos con la belleza de la naturaleza, con la calma y, sobre todo, con Japón. Porque la idea en la que se insiste en esta película es que una violación no es simplemente un asunto entre un hombre y una mujer, sino un problema social sistémico. Shiori Ito señala recurrentemente la estrecha relación entre el violador y el primer ministro japonés, el fallecido Shinzo Abe, para explicar cómo los resortes del poder sirven a los hombres para permitirles el abuso, la agresión y la impunidad. De nuevo el patriarcado y de nuevo el movimiento Me Too,  ahora en Japón. Shiori Ito no tiene problemas en mostrarse como una mujer que no solo es una víctima: su belleza física es innegable, muestra también su capacidad para tomarse con humor los momentos más trágicos. En los instantes más emotivos de su película, vemos también a una mujer herida que ha sufrido lo que ella misma describe como el "asesinato del alma".

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