Es fácil mirar por encima del hombro una película como Bridget Jones: Loca por él (2025) siendo la cuarta entrega de una saga con más éxito en taquilla que prestigio. Pero esta nueva aventura de la patosa productora de televisión interpretada por Renée Zellweger debería ser tomada como ejemplo a seguir para realizar cualquier secuela/remake/reboot de una franquicia del pasado. Dirigida por Michael Morris -director teatral que ya firmó un drama con protagonista femenina, To Leslie (2022) de forma solvente- estamos ante una nueva adaptación de una novela de Helen Fielding, que desarrolla el personaje creado en El diario de Bridget Jones (2001) de forma lógica y coherente: la solterona se ha convertido en madre de dos niños y acaba de sufrir una pérdida importante en su vida que la devuelve al terreno amoroso, con todos los problemas que ello conlleva para una mujer de su edad, y de su conocida torpeza social. El guión nos muestra a una mujer que debe lidiar con la educación de sus hijos, con volver al trabajo tras algunos años de paréntesis, con reconectar con amigos y familiares, y con la idea de volver a enamorarse. Son todos estos conflictos, cercanos y reconocibles, bien aprovechados para desarrollar situaciones cómicas y, también, emotivas. Lo que hace bien Bridget Jones: Loca por él es desarrollar una trama con nuevas situaciones manteniendo la esencia del personaje, que ha evolucionado de forma creíble sin perder su gracia. Las situaciones cómicas y los enredos funcionan a pesar de ser muy convencionales, así como las situaciones melodramáticas, que apelan de forma sencilla a sentimientos, en definitiva, humanos. Pero lo más destacable es cómo la película se toma su tiempo para desarrollar la historia y permitir que cada personaje del amplio reparto tenga sus momentos de lucimiento. Se trata de secundarios que gozan del cariño de los fans de la saga y ayuda mucho, claro, que en el elenco encontremos a estrellas británicas de la interpretación como los habituales Colin Firth, Hugh Grant, Jim Broadbent y la maravillosa Emma Thompson, pero también con estupendas incorporaciones como Leo Woodall y Chiwetel Ejiofor -importado de Love Actually (2003)-. Como toda franquicia del cine comercial, Bridget Jones: Loca por él debe balancear las situaciones nuevas con la recuperación de ideas, imágenes y sentimientos que se han quedado en la memoria emocional del espectador. Y creo que lo consigue con éxito, evitando que el fan service y la repetición sin alma de las situaciones se apodere del relato, recuperando el tono y el look de esa estupenda comedia romántica cinematográfica británica que reinó a partir de mediados de los 90 y hasta bien entrada la década del 2000.
BRIDGET JONES: LOCA POR ÉL -NUEVAS PÁGINAS PARA EL DIARIO
Es fácil mirar por encima del hombro una película como Bridget Jones: Loca por él (2025) siendo la cuarta entrega de una saga con más éxito en taquilla que prestigio. Pero esta nueva aventura de la patosa productora de televisión interpretada por Renée Zellweger debería ser tomada como ejemplo a seguir para realizar cualquier secuela/remake/reboot de una franquicia del pasado. Dirigida por Michael Morris -director teatral que ya firmó un drama con protagonista femenina, To Leslie (2022) de forma solvente- estamos ante una nueva adaptación de una novela de Helen Fielding, que desarrolla el personaje creado en El diario de Bridget Jones (2001) de forma lógica y coherente: la solterona se ha convertido en madre de dos niños y acaba de sufrir una pérdida importante en su vida que la devuelve al terreno amoroso, con todos los problemas que ello conlleva para una mujer de su edad, y de su conocida torpeza social. El guión nos muestra a una mujer que debe lidiar con la educación de sus hijos, con volver al trabajo tras algunos años de paréntesis, con reconectar con amigos y familiares, y con la idea de volver a enamorarse. Son todos estos conflictos, cercanos y reconocibles, bien aprovechados para desarrollar situaciones cómicas y, también, emotivas. Lo que hace bien Bridget Jones: Loca por él es desarrollar una trama con nuevas situaciones manteniendo la esencia del personaje, que ha evolucionado de forma creíble sin perder su gracia. Las situaciones cómicas y los enredos funcionan a pesar de ser muy convencionales, así como las situaciones melodramáticas, que apelan de forma sencilla a sentimientos, en definitiva, humanos. Pero lo más destacable es cómo la película se toma su tiempo para desarrollar la historia y permitir que cada personaje del amplio reparto tenga sus momentos de lucimiento. Se trata de secundarios que gozan del cariño de los fans de la saga y ayuda mucho, claro, que en el elenco encontremos a estrellas británicas de la interpretación como los habituales Colin Firth, Hugh Grant, Jim Broadbent y la maravillosa Emma Thompson, pero también con estupendas incorporaciones como Leo Woodall y Chiwetel Ejiofor -importado de Love Actually (2003)-. Como toda franquicia del cine comercial, Bridget Jones: Loca por él debe balancear las situaciones nuevas con la recuperación de ideas, imágenes y sentimientos que se han quedado en la memoria emocional del espectador. Y creo que lo consigue con éxito, evitando que el fan service y la repetición sin alma de las situaciones se apodere del relato, recuperando el tono y el look de esa estupenda comedia romántica cinematográfica británica que reinó a partir de mediados de los 90 y hasta bien entrada la década del 2000.
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