HILLBILLY, UNA ELEGÍA RURAL -EL SUEÑO AMERICANO
LIBERTAD -BANDOLEROS Y CAMINOS
OTRA RONDA -LA JUVENTUD PERDIDA
¿Os habéis parado a pensar alguna vez que la única forma de celebrar que tenemos es beber alcohol? Da igual que sea un bautizo, una boda o la final de la Champions: asociamos la alegría con la ingesta de bebidas alcohólicas. Yo que soy abstemio siempre he encontrado curiosa esa falta de imaginación común a toda la humanidad. Pero al mismo tiempo lo entiendo: la vida es una mierda y necesitamos una copa, de vez en cuando, para sobrellevar nuestras penas. Un poco de esto habla Otra ronda, una de las películas del año, del danés Thomas Vinterberg, al que conocimos en la fermentación del movimiento Dogma'95 -junto a Lars Von Trier- con la estupenda Celebración (1998). Aquí, Vinterberg vuelve a aliarse con el magnífico actor Mads Mikkelsen -La caza (2012)- que injustamente no ha sido nominado al Oscar. Otra ronda tiene un planteamiento manido -un grupo de hombres, profesores de instituto, en la crisis de la madurez- con un giro bastante original -deciden beber alcohol, cada día, justo lo suficiente para enfrentarse a la vida con cierta alegría-. Este experimento alcohólico, como era de prever, no lleva a ningún lado, pero le sirve a Vinterberg para plantear los conflictos propios de la mediana edad: la pérdida de entusiasmo por el trabajo, el amor, la paternidad y por la vida. Evidentemente, el alcohol no es la solución -ni el problema- del grupo de colegas que protagoniza la historia, encarnados por Thomas Bo Larsen, Lars Ranthe y Magnus Millang, además de Mikkelsen. El director refleja a su cuarteto protagonista de hombres maduros en el espejo de un grupo de adolescentes felices y perpetuamente borrachos que exigen a los adultos que recuperen la alegría de vivir. Vinterberg hace bien en no satanizar el alcohol y en mantener el mensaje de su película en la ambigüedad: de vez en cuando, sí que podemos reencontrar la chispa vital en el fondo de una botella. Pero debemos aceptar también la resaca que vendrá luego. Nominada al Oscar a la mejor película extranjera -ganará seguramente-, Otra ronda es divertida, tierna, tiene mucho humor, pero no evita mostrar el lado más patético de la existencia, pidiéndonos que aprendamos a aceptarnos y a perdonar los errores de los demás, porque todos somos humanos (sin demasiada imaginación).
LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA BILLIE HOLIDAY -UNA FRUTA EXTRAÑA
Es una pena que la actriz Andra Day, nominada al Oscar, haga un trabajo estupendo dando vida a la cantante de jazz Billie Holiday en una película fallida. La intérprete hace suyo el personaje e incluso se atreve a cantar sus canciones, lo que justifica que escuchemos temas enteros del repertorio de Holiday durante una película de metraje abultado. Un debut cinematográfico absolutamente espectacular, que ya le ha valido a Day el Globo de Oro. Por lo demás, Los Estados Unidos contra Billie Holiday es un desastre. La película producida y dirigida por Lee Daniels -Precious (2009) y El mayordomo (2013)- es tremendamente irregular, con graves problemas de ritmo narrativo. El material de partida no puede ser más atractivo: una figura legendaria en la música, enfrentada al tremendo racismo de su época, perseguida por el FBI y además, una mujer atormentada por su pasado, víctima de varias adicciones y presa de relaciones tóxicas con hombres que solo buscan aprovecharse de ella. Material dramático de primera, que se desaprovecha por la incapacidad del guión -basado en un libro periodístico de Johann Hari sobre la guerra contra las drogas, Chasing the Scream (2015)- para centrarse en un aspecto de una historia que sobre todo revela el poder subversivo de la canción Strange Fruit, como protesta contra los terribles linchamientos de negros en Estados Unidos. Así, la trama de Los Estados Unidos contra Billie Holiday nos habla de racismo, claro, y de la figura trágica de Holiday, pero también de sus problemas con las drogas, con los hombres y con el FBI, sin que con todo ello consigamos profundizar en la psicología de la cantante. Los antecedentes de sus traumas se nos revelan en un plano secuencia que hábilmente introduce flashbacks mezclados con nuevos hechos. Una secuencia brillante que, lamentablemente, no congenia con el resto del film. Hay además una pseudo historia de amor, protagonizada por un agente encubierto (Trevante Rhodes) que habría sido un interesante punto de vista narrativo, pero que acaba siendo una subtrama más. La indignante caza de brujas a la que se ve sometida Holiday tampoco es satisfactoria al carecer de un 'villano' potente: Harry Anslinger (Garret Hedlund) parece que va a tener una importancia mayor al principio de la cinta, pero acaba diluyéndose junto a los otros aspectos de la historia. En definitiva, muchas cosas que contar, estorbándose unas con otras, para acabar acumulándose en una película sin garra.
LOS OSCAR 2021: LOS NOMINADOS A MEJOR DOCUMENTAL
En mi opinión, la película documental más potente en los Oscars de 2021 es la rumana Collective, doblemente nominada porque también aparece como candidata a la mejor película extranjera. Dirigida por Alexander Nanau, la historia arranca con un incendio, en la discoteca Colectiv de Bucarest, en el año 2015, en el que mueren 65 jóvenes. Una tragedia que podría ser simplemente la crónica de un accidente que revela negligencias -como que el local careciera de una salida para incendios- y del dolor de los padres ante la pérdida de sus hijos o de las víctimas supervivientes, gravemente quemadas. Pero el incendio es solo el comienzo de un apasionante relato que sigue primero al periodista Catalin Tolontan para destapar las deficiencias del sistema de salud rumano, incapaz de tratar adecuadamente a los quemados. Esto lleva a su vez a descubrir la corrupción de los hospitales que acaba provocando la dimisión del ministro de Sanidad, sustituido por el activista Vlad Voiculescu, que se convierte entonces en el foco de atención de la cámara de Nanau. Lo más sorprendente de este documental es precisamente cómo sigue toda la peripecia de los protagonistas, que van descubriendo, poco a poco, la profunda corrupción del sistema rumano: negligencias, sobornos, enchufes, e incluso muertes en extrañas circunstancias que equiparan a la clase política con la mafia. La profunda decepción de los protagonistas, según van destapando escándalo tras escándalo, es tremenda. Creo que el espectador español, lamentablemente, podrá trazar varios paralelismos con respecto a la política nacional, sobre todo ante la crisis sanitaria que atravesamos por el covid. Son los mismos personajes, los mismos partidos, los mismos interesas políticos y la misma ocultación de la verdad, la misma falta de responsabilidad, aunque las coordenadas geográficas sean otras. Demoledor. Collective se puede ver en HBO.
LOS OSCAR 2021: LAS NOMINADAS A MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
Desde el año 2002, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas premia a la mejor película de animación. En aquella ocasión, la primera ganadora fue -aunque parezca increíble- Shrek. A partir de entonces, Pixar y Disney han acaparado la mayor cantidad de premios, dominando la categoría de forma aplastante. 2021 continúa esta tendencia con una clara favorita para llevarse el Oscar: Soul es la previsible vencedora -hay un texto más extenso sobre ella en Indienauta- y no solo por el referido historial ganador del estudio, sino por la calidad de la cinta dirigida por Pete Docter. Una unión perfecta entre animación y música -la banda sonora de Trent Reznor, Atticus Ross y Jon Batiste está nominada, además del sonido- que cuenta una historia divertida, filosófica y universal sobre la muerte y el sentido de la existencia, que nos enseña que el éxito es relativo y que a veces, obsesionarse con una meta, nos impide disfrutar de la vida. Está disponible en Disney Plus.
Pixar también ha conseguido una segunda nominación con Onward -también he escrito un artículo sobre ella en Indienauta- una entretenida aventura fantástica en tono de humor, con muchas referencias a los juegos de rol y a universos como los de J.R.R. Tolkien o Dungeons & Dragons, y que habla de cómo la pérdida de un ser querido -el padre de los protagonistas- puede complicar -pero también acelerar- el proceso de maduración. A pesar de su excelente animación y los medidos guiones a los que nos tiene acostumbrados Pixar, es una cinta menor que también se puede ver en Disney Plus.
La propuesta de Wolfwalkers, dirigida por Tomm Moore -y Ross Stewart- es diametralmente opuesta a la potente animación en 3D y de aspiración realista de Pixar-Disney. Aquí encontramos preciosos dibujos en dos dimensiones, lo que llamaríamos animación tradicional, que juegan con las formas geométricas y con un look cercano al esbozo -se notan los bocetos, como hechos a lápiz, por debajo de los personajes-. Una estética preciosa, que recuerda a las ilustraciones de cuentos, que prescinde de la perspectiva -la aldea donde ocurre la acción está expresada como un mapa medieval, plano- y que me ha recordado a Gustav Klimt. Una estética, además, que responde al planteamiento de la historia, que contrapone la naturaleza -el bosque- con la ciudad -la opresión-. Las líneas de los soldados ingleses son rectas, mientras que los lobos -y los irlandeses, ojo al guiño político- aparecen más redondeados, en una historia de fantasía sobre el encuentro entre una niña humana y una chica loba. Es una maravilla que se puede ver en Apple TV.
Granjagedón es la última aventura de la oveja Shaun, que cuenta con la maravillosa animación tradicional, artesanal y encantadora de los estudios Aardman. La película es un homenaje a la ciencia ficción con extraterrestres, con guiños y referencias a H.G. Wells y La Guerra de los Mundos, a 2001: Una odisea del espacio (1968), Encuentros en la tercera fase (1977), sobre todo a E.T., el extraterrestre (1982), e incluso a los Expedientes X (1993) entre otros. La cinta es magnífica en su narración puramente visual y su confección del gag -herederos de ese cine mudo, ya perdido, de Chaplin, Keaton y Lloyd-, aunque haya también chistes sonoros, gracias a la capacidad de imitación del alien, Lu-La. Se puede ver en Amazon Prime Video.
Por último, Más allá de la Luna es una coproducción entre Estados Unidos y China, en la que el animador de Disney, Glen Keane debuta en el largometraje, con un guión de la fallecida Audrey Wells -Bajo el sol de la Toscana (2003)- y canciones que recuerdan con fuerza a Frozen, todo esto inyectado en la cultura china. La animación es estupenda -aunque creo que técnicamente está un par de peldaños por debajo de Pixar- y el guión comienza siendo costumbrista y sólido, para luego dar un salto hacia la fantasía que diluye un poco el argumento. Creo que le falta sustancia a la leyenda que sustenta la película y el universo -muy colorido, quizás hortera- en el que se introduce la protagonista no tiene suficiente entidad. Se puede ver en Netflix.