LEFT BEHIND (21 DE ENERO)
Hay una tradición en los cómics de superhéroes -sobre todo en DC Comics- que establece que el símbolo es más importante que la persona. Varios personajes han llevado el traje, por ejemplo, de Flash o Green Lantern. El propio Superman murió en 1994 y fue sustituido por cuatro personajes diferentes. Incluso la trilogía del Batman de Christopher Nolan -aviso spoiler- apunta a que Robin podría heredar su lucha por la justicia en Gotham. En este episodio de la serie Arrow, tenemos dos ejemplos de esta tradición. Al principio de la historia, John Diggle (David Ramsey) sustituye -brevemente- a Arrow, suponemos que para que el hampa de Starling City no se desmadre. Y al final -aviso spoiler- Laurel Lance (Katie Cassidy) decide, por fin, ponerse el traje de su hermana fallecida: Canario Negro vuelve a luchar.
También es verdad que hay otra regla no escrita en los cómics de superhéroes: la muerte nunca es definitiva. Obviamente -aviso spoiler- en este capítulo vemos como Oliver Queen (Stephen Amell) vuelve a la vida. O quizás nunca estuvo muerto. La verdad es que los guionistas han pasado olímpicamente de explicar el asunto. Unas vendas en la herida y poco más. Este es uno de los defectos más importantes de Arrow: pasan muchas cosas, muy rápido, pero lo que ocurre no tiene peso. Parece que los guionistas tuvieran prisa por llegar a no se sabe dónde. Las situaciones y los personajes no están bien desarrollados. La muerte de Oliver Queen podría haber dado mucho más de sí y su resurrección -aunque sabida- podría haber sido más emocionante. Pero no ha sido así.
En todo caso, sin ánimo de ser mala persona, debo decir que este capítulo en el que Stephen Amell aparece más bien poco, me ha gustado. No tengo nada contra el actor y sus abdominales, pero su ausencia parcial le ha dado oxígeno al resto de los personajes, sobre todo a Diggle, pero también a Roy Harper (Colton Haynes) que me ha parecido un pelín menos soso de lo habitual y sobre todo a mi favorita, Felicty (Emily Bett Rickards). Además, el episodio tiene más secuencias de acción de lo habitual y siempre he dicho que son lo mejor de la serie. O lo único salvable. Además, nos dan más pistas del traje de Atom (Brandon Routh) y aparece un nuevo villano que, por una vez, me mola: se trata de Brick, interpretado por el exfutbolista Vinnie Jones. Bien, bien, bien.
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