LO QUE PASÓ Y LO QUE ESTÁ OCURRIENDO (8 FEBRERO) -AVISO SPOILERS-
Hay ambición en este noveno episodio que comienza con imágenes -fotográficamente muy cuidadas- inconexas y fuera de contexto. No entendemos, en principio, su significado, ni si pertenecen al pasado, al presente, o al futuro. La voz del padre Gabriel (Seth Gilliam) da una pista de la naturaleza de esas enigmáticas escenas: "No dirigimos la mirada hacia lo que podemos ver, sino a lo invisible. Pues lo visible es pasajero, pero lo invisible es eterno".
Los protagonistas viajan hacia el pueblo de Noah (Tyler James Williams) -cumpliendo, según Rick (Andrew Lincoln) la última voluntad de Beth (Emily Kinney)- y comienzan a aparecer -instaladas ya en su verdadero orden cronológico- las escenas que han aparecido al principio. Como si se fueran colocando en un puzzle narrativo. Vemos a la mujer zombie dentro del coche y al esqueleto en el bosque. Por lo tanto, esas escenas que hemos visto antes de la cabecera, eran imágenes del futuro -flashforwards- que nos invitan ahora a intentar adivinar a qué punto de vista pertenecen ¿Qué personaje ha puesto su mirada en esas escenas? Lo descubrimos a continuación: Tyreese (Chad L. Coleman) entra en la casa de Noah y mira las fotos de los hermanos gemelos de éste. Es entonces cuando comprobamos la que parece ya una regla inflexible en esta serie: cada vez que The Walking Dead comienza o acaba una temporada -o incluso cuando llega a la midseason- debe morir un personaje. Las imágenes que hemos visto al principio pertenecen a la psique alterada de Tyreese por la cercanía de la muerte. Por eso se mezclan imágenes del pasado -las vías del tren- y del futuro -su propio funeral- y aparecen personajes ya fallecidos -fantasmas- como las niñas Lizzie y Mika.
Por otro lado, se mantiene en este nuevo episodio esa evolución de los personajes protagonistas hacia la pérdida de su humanidad, cada vez más endurecidos ante la necesidad de sobrevivir. Rick y Glenn (Steven Yeun) se plantean si tiene alguna importancia haber matado -o no- a la mujer policía que acabó con la vida de Beth, Dawn (Christine Woods). Llegan a la conclusión -nihilista- de que la muerte no tiene importancia en un mundo apocalíptico. Pero los esfuerzos que hacen por salvar a Tyreese podrían desmentir esa afirmación de Glenn.
CAPÍTULO ANTERIOR: CODA
No hay comentarios:
Publicar un comentario