OUTCAST -TEMPORADA 1- (I REMEMBER) WHEN SHE LOVED ME


(I REMEMBER) WHEN SHE LOVED ME (10 DE JUNIO DE 2016) -AVISO SPOILERS-

¿Y si viéramos Outcast como una metáfora sobre la culpa de un maltratador? Un hombre que golpea -o mata- a su mujer probablemente ve demonios que no existen. La serie creada por Robert Kirkman propone que si esos monstruos existiesen, (casi) nadie creería en ellos. Por eso, el protagonista, Kyle Barnes (Patrick Fugit) es rechazado en su pueblo, Rome, por haberle pegado a su mujer y a su hija. La violencia machista produce un gran rechazo, y Kirkman se esmera en dejar algo muy claro: los demonios y las posesiones son reales, de ninguna manera son un producto de la mente de Kyle. Así, en el primer episodio vimos un par de momentos en los que el niño se mostraba claramente poseído sin que hubiera ningún testigo, lo que significa que estamos ante una imagen objetiva, no contaminada por la subjetividad de ningún personaje. Es la misma función que cumple el reverendo Anderson (Phillip Glenister), quien también cree que el mal existe y ha luchado contra él incluso en solitario. Así, en este episodio, Kyle es retratado como una víctima, un falso culpable que intenta regalarle un libro a su hija, por su cumpleaños, a la que no se puede acercar por orden judicial. La misma acción nos repugnaría si se tratase de un simple maltratador. En este sentido, me ha llamado la atención una decisión creativa, un pequeño cambio entre el cómic y esta adaptación televisiva. En el papel, el diente que encuentra Kyle en el suelo, es suyo. Se lo arrancó su madre poseída, lo que aumenta el dolor de esos flashbacks sobre su infancia de niño maltratado. Pero en la serie de televisión, el diente pertenece a su madre y marca el momento en el Kyle comienza a defenderse, es decir, a pegarle a su madre (poseída). ¿Por qué este cambio?. En mi opinión, esta serie está más enfocada en la culpa como tema de fondo que el cómic original.


Este segundo episodio de Outcast tiene un desarrollo mucho más lento que el primero. Empezando porque aquí no vemos ninguna posesión más allá de los breves flashbacks de la madre de Kyle en cuya historia se profundiza bastante. En otras series, como The Walking Dead y Fear The Walking Dead hay un idéntico interés en desarrollar a los personajes y que las amenazas sobrenaturales -zombies, poseídos- queden en un segundo plano. Pero la verdad es que este capítulo no tiene demasiado interés y lo que cuenta no tiene ninguna intensidad hasta el desenlace, que resuelve la complicada historia de Kyle y su madre. La emoción llega, pero por acumulación y tras un inicio aburrido en el que vemos a una ama de casa ligar con el reverendo Anderson. También es verdad que estamos ante un guión más interesado en plantear incógnitas de cara al futuro de la serie: ¿Quién está crucificando animales en el bosque? ¿Recuperará la consciencia la madre de Kyle? ¿Quién es el misterioso hombre del sombrero interpretado por Brent -¡Data!- Spiner? 

CAPÍTULO ANTERIOR: A DARKNESS SORROUNDS HIM

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