LOS CUATRO FANTÁSTICOS: PRIMEROS PASOS -LA PRIMERA FAMILIA


Parece cosa del destino que los Cuatro Fantásticos vuelvan a las pantallas de cine para inaugurar una nueva etapa en el Universo Marvel Cinematográfico, ya que con este cuarteto creado por Jack Kirby y Stan Lee se inauguró en 1961 la era Marvel en los cómics. Estos fueron los primeros superhéroes de la editorial -si no contamos con el precedente del Capitán América, Namor y la Antorcha Humana original de los años 40- que rompían el molde con respecto a los populares Superman y Batman. Reed Richards, Sue Storm, Johnny Storm y Ben Grimm no tenían identidad secreta, no llevaban máscara y parecían personas corrientes, con defectos y temperamentos que los hacían pelearse entre ellos. Como una familia. Sus aventuras eran viajes de descubrimiento de ciencia ficción en las que exploraban mundos fantásticos, dimensiones extrañas y se enfrentaban a mostruos gigantes y amenazas colosales. La serie, a pesar de su inocencia a los ojos actuales, es una lectura fascinante gracias al desbordante talento de Kirby y a la constante invención de conceptos y personajes en un universo de ficción en constante expansión. En el cine no hemos tenido tanta suerte. Obviando la barata versión nunca estrenada de la productora de Roger Corman de 1994, las versiones de 2005 y 2007 no fueron satisfactorias y la cinta firmada por Josh Trank en 2015 es un desastre. Por todo ello, Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos (2025) lo tenía muy fácil para ser la mejor película sobre los personajes y así lo ha conseguido, con permiso, claro, de la estupenda Los Increíbles (2004), con la que esta nueva adaptación tiene varios puntos en común. El director Matt Shakman plasma con acierto el espíritu de las primeras aventuras de los personajes, centrándose en las dinámicas entre los miembros de esta familia, encarnados estupendamente por Vanessa Kirby, Pedro Pascal, Joseph Quinn y Ebon Moss-Bachrach. Este reparto de actores logra componer personajes simpáticos, entrañables en los conflictos provocados por sus extraños superpoderes, que aparecen apuntados someramente dentro del marco argumental de la historia más grande jamás contada en Lo
Cuatro Fantásticos: la llegada de Galactus (Ralph Ineson), guiado por su heraldo, Silver Surfer (Julia Garner). El guión firmado a cuatro manos aspira a contar muchas cosas: elude narrar de nuevo el origen de los personajes, resumiendo sus primeras aventuras para centrarse en nuevos conflictos y en la llegada del mencionado villano. Y haciendo malabares la película consigue equilibrar el desarrollo de los personajes, los momentos emotivos, el humor, la acción superheróica y la aventura espacial con bastante acierto. En menos de dos horas se consigue transmitir la sensación de apocalipsis inevitable que debe imprimir un personaje como Galactus, trasunto de la misma muerte, metáfora del fin inevitable de todas las cosas. Con referencias simpáticas a clásicos como 2001: Una odisea del espacio (1968), Star Wars (1977) y la saga de Star Trek, la película esquiva también los peajes de toda entrega de Marvel Studios al proponer una historia fresca, con la excusa de una dimensión alternativa, que no está mirando todo el tiempo a futuras entregas -a pesar de la presencia de las inevitables escenas postcréditos a modo de cliffhanger-. Aunque los efectos especiales -de la Cosa y la Antorcha Humana- no acaban de convencerme, hay que alabar el brillante diseño de producción y vestuario, una estética retro-futurista que está llena de detalles vintage, a lo que hay que sumar un planteamiento estético que parece inspirado en el hiperrealismo de la serie limitada Marvels (1994) creada por el guionista Kurt Busiek e ilustrada por Alex Ross. Mencionemos también la estupenda música de Michael Giacchino -que también compuso la banda sonora de Los increíbles-. Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos es un film sólido, excelente en su mezcla de lo íntimo y lo cósmico, con algunas ideas estupendas -la ecografía de la Mujer Invisible- que captura bien la esencia de los inmortales personajes creados por Lee y Kirby.

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