Emotiva la despedida en este episodio de los agentes Bobbi "Mockingbird" Morse -echaré mucho de menos a Adrianne Palicki- y Lance Hunter (Nick Blood) que se convierten aquí en los protagonistas. La historia cumple con el objetivo de mantener vigente la trama principal, el enfrentamiento con HYDRA -con Gideon Malick (Powers Boothe)- en la lucha por controlar/salvar a los inhumanos. Pero como ya he dicho, el objetivo real es darle salida a dos personajes que pronto van a vivir sus propias aventuras en la serie Marvel´s Most Wanted, de próximo estreno. Por eso Parting Shot tiene un tono algo crepuscular, como si Bobbi y Hunter estuviesen viviendo su última misión. La trama vuelve a ser de espionaje, otra misión de infiltración, esta vez en una base rusa en Siberia. El elemento fantástico se introduce gracias a la aparición de un general ruso inhumano con el poder de convocar a un misterioso espectro de densidad variable y con el aspecto de una sombra. Pero lo importante es lo antes mencionado. Hunter echa la vista atrás y confiesa a Bobbi que lamenta que nunca hayan tenido unas vacaciones juntos, como matrimonio, como enamorados. Precisamente, el guión ata cabos cuando, tras ser capturados, Hunter intenta engañar a las autoridades rusas fingiendo ser una pareja de vacaciones. Y si él recita continuamente una receta de sopa de setas, es porque añora esa vida marital y normal que nunca ha tenido. Es entonces cuando ambos agentes deciden abandonar el servicio activo, sacrificándose para salvar a S.H.I.E.L.D y para contentar al Primer Ministro ruso. La despedida de un espía, en la que los agentes invitan desde lejos a una copa a la pareja, resulta extrañamente emotiva en una serie que no tiene demasiados momentos lacrimógenos. Pero bien.
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