MIJO (9 DE FEBRERO)
Hermoso nombre el de este capítulo que apela -con humor negro- a la manera en que nos han llamado nuestras abuelas -especialmente en Latinoamérica- toda la vida. La abuelita en cuestión es nada menos que la del personaje más inquietante de Breaking Bad, Tuco (Raymond Cruz), el peligroso narcotraficante. Aquí descubrimos cómo Saul -todavía Jimmy McGill (Bob Odenkirk)- comienza a mezclarse -reticente- en negocios turbios.
Este segundo episodio juega completamente a ser la precuela de Breaking Bad, así que su interés depende -hasta cierto punto- de las ganas que tengáis de saber más de los personajes de aquella. Lo negativo es que Better Call Saul pierde capacidad de sorpresa: conocemos el destino de estos personajes. Para mí, parte del atractivo de BB era su frescura y el no saber hacia dónde iba la serie. La evolución de Walter White (Bryan Cranston) conseguía sorprenderme constantemente, ya que los guionistas se esmeraban en hacerle romper barreras morales en cada capítulo. Eso en un personaje como Saul no es posible.
-AVISO SPOILERS-
Hay varios rasgos de estilo de Breaking Bad que se mantienen en Better Call Saul: los cielos de azul saturado del desierto de Alburquerque; o el tiempo narrativo estrictamente cronológico que se rompe solo en el prólogo con algunos flashbacks. Pero resulta curioso el contraste entre las dos series. Si la primera tenía largas secuencias visuales y sin diálogos -dado el carácter taciturno de Walter White- en el spin-off Saul se encarga de llenar el silencio con su parloteo incesante. "Vaya boca tienes" le dice Tuco. Tiene razón: el diálogo en el que el abogado intenta convencer al narco de que no mate a los gemelos patinadores y va regateando el castigo, es verdaderamente bueno. Humor negro del bueno. Pero el toque de genio es el contraste de estos textos casi humorísticos con la brutalidad de la escena en la que se lleva a cabo el castigo. Consiguen hacernos sentir que Saul se siente moralmente afectado. Breaking Bad supo mejor que nadie cómo jugar con las consecuencias de los actos morales en sus personajes. Better call Saul también. Una secuencia muda y musical, en un restaurante, nos enseña que Saul se ha quedado tocado. Su esfuerzo por volver a la legalidad se nos muestra en una larga secuencia de montaje frenético y rítmico en la que presenciamos los intentos frustrados de Jimmy por ganarse la vida honestamente. Pero ya sabemos cómo acabará la cosa ¿no?
CAPÍTULO ANTERIOR: UNO
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