CANARIOS (11 FEBRERO)
¿Hay algo más sexy que dos mujeres enfundadas en ceñidos trajes de cuero negro dándose de leches y haciendo volar unas pelucas rubias inverosímiles? El que esto escribe piensa que la imagen cumbre de este capítulo de Arrow debería estar en vuestro Top Ten de erotismo loco.
-AVISO SPOILERS-
La prueba es que este enfrentamiento entre las hermanas Sara (Caity Lotz) y Laurel Lance (Katie Cassidy) es posible solo como una fantasía producida por la droga Vértigo. Esto les sirve a los guionistas para expresar el peso del legado -un concepto muy presente en los superhéroes de DC Comics- y de la culpa que siente Laurel ante la muerte de su hermana. En realidad nos da igual. Cualquier excusa es válida para una buena pelea.
Lo importante es que en Canarios los guionistas de la serie sueltan un montón de lastre. Se deshacen de tramas absurdas que entorpecían cualquier intento de darle al espectador lo que realmente quiere: tramas sencillas, lineales y mucha acción. Por ejemplo, era un dolor de cabeza que Thea (Willa Holland) la hermana de Oliver (Stephen Amell) no conociera su identidad secreta de Arrow. Pues ya lo sabe. Seguimos. Era tremendamente idiota el romance incipiente entre la misma Thea y Chase (Austin Butler), el DJ de pacotilla de su club nocturno. Pues se resuelve: en realidad era un asesino de Ra´s Al Ghul. Bueno, igual tiene un poco de sentido. Pero solo un poco. Otro despropósito era que el padre de los Canarios, Quentin Lance (Paul Blackthorne) no supiera todavía que su hija Sara había fallecido. Pues ya lo sabe. Todos estos conflictos, lejos de ser interesantes, se estaban convirtiendo en auténticos obstáculos para el desarrollo de la historia de la serie. Doy gracias a que ya se han resuelto.
De hecho, casi me da vergüenza reconocerlo, pero este episodio de la serie no está tan mal a pesar de sus largas escenas de diálogos y de sus intérpretes de cartón piedra, como el propio Amell o Colton "siempre llevo las manos en los bolsillos" Haynes. También hay que decir que el Conde Vértigo está interpretado con algo de pereza por Peter Stormare. Pero las secuencias de acción y la resolución de tantas tramas, hacen que este capítulo de Arrow consiga el aprobado. Bueno, casi.
Lo importante es que en Canarios los guionistas de la serie sueltan un montón de lastre. Se deshacen de tramas absurdas que entorpecían cualquier intento de darle al espectador lo que realmente quiere: tramas sencillas, lineales y mucha acción. Por ejemplo, era un dolor de cabeza que Thea (Willa Holland) la hermana de Oliver (Stephen Amell) no conociera su identidad secreta de Arrow. Pues ya lo sabe. Seguimos. Era tremendamente idiota el romance incipiente entre la misma Thea y Chase (Austin Butler), el DJ de pacotilla de su club nocturno. Pues se resuelve: en realidad era un asesino de Ra´s Al Ghul. Bueno, igual tiene un poco de sentido. Pero solo un poco. Otro despropósito era que el padre de los Canarios, Quentin Lance (Paul Blackthorne) no supiera todavía que su hija Sara había fallecido. Pues ya lo sabe. Todos estos conflictos, lejos de ser interesantes, se estaban convirtiendo en auténticos obstáculos para el desarrollo de la historia de la serie. Doy gracias a que ya se han resuelto.
De hecho, casi me da vergüenza reconocerlo, pero este episodio de la serie no está tan mal a pesar de sus largas escenas de diálogos y de sus intérpretes de cartón piedra, como el propio Amell o Colton "siempre llevo las manos en los bolsillos" Haynes. También hay que decir que el Conde Vértigo está interpretado con algo de pereza por Peter Stormare. Pero las secuencias de acción y la resolución de tantas tramas, hacen que este capítulo de Arrow consiga el aprobado. Bueno, casi.
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