AGENT CARTER -TEMPORADA 2- SMOKE & MIRRORS


SMOKE & MIRRORS (2 DE FEBRERO DE 2016) -AVISO SPOILERS-

En esta segunda temporada de Agent Carter hay más humor -Jarvis (James D'Arcy) se derrumba bajo los efectos de un dardo tranquilizante- y Peggy (Hayley Atwell) lleva blusas más ceñidas bajo el caluroso sol californiano. Lo que no cambia en la serie es su empeño -feminista- en invertir los roles. En este episodio,unos flashbacks desvelan el pasado de la protagonista y de su principal enemiga, Whitney Frost (Wynn Everett). Ambos personajes son mujeres que han tenido que luchar contra el machismo de la época que les ha tocado vivir. Una se ha convertido en heroína, la otra en villana.



El primer flashback revela que Peggy era un poco marimacho -no pretendo ser peyorativo-. La niña que fue la agente Carter jugaba a ser el caballero que mata al dragón para salvar a la princesa. Su madre la reprende: algún día tendrá que comportarse como una chica. En el presente, se repite este rol invertido. Carter debe rescatar a su interés romántico, el doctor Wilkes (Reggie Austen), justo lo contrario al clásico serial cinematográfico en el que se inspira esta serie. Además, vemos a Peggy engullir un sandwich con avidez -no cuida su línea- que se convierte en una metáfora del deseo carnal que siente -algo tradicionalmente masculino en la ficción- por su amado, un deseo negado por la condición fantasmal de este. Más tarde en la historia, Peggy debe elegir entre casarse y alistarse en la inteligencia británica, vamos, la decisión que -lamentablemente- todavía deben tomar muchas mujeres entre carrera profesional y vida familiar. Sorprendentemente, elige casarse, pero, siguiend una tradición muy Marvel, la trágica muerte de su hermano en el frente la llevará a comprometerse con la lucha contra los nazis.



En flashbacks análogos a los de Peggy, descubrimos la infancia de Whitney Frost, cuyas precoces habilidades para la ingeniería tampoco son apreciadas por una madre acostumbrada a utilizar sus "armas de mujer" para sacar provecho de los hombres. En el presente de esta ficción, una cuidadosa realización expresa visualmente todos los elementos que configuran a la villana. La Whitney adulta toma notas, igual que cuando de niña experimentaba con una radio, pero ahora su interés es la "materia cero" que invade su cuerpo desde una herida en su frente. La radio que suena está decorada con las máscaras -triste y alegre, drama y comedia- que representan su profesión como actriz, pero que también expresan que ha tenido que fingir toda su vida. Recordemos que su personaje -en los cómics- se llama Madame Máscara. Acto seguido, Whitney coge una rata para probar sus letales poderes en una demostración de crueldad. Justo entonces aparece su marido, Calvin Chadwick (Currie Graham), un político que la utiliza de novia-florero: Whitney se ha convertido en la mujer que fue su madre y sigue escondiendo su verdadera ambición. Pero ahora, la materia cero se extiende por el hermoso rostro que había utilizado para llegar al éxito, desfigurándola y obligándola a desvelar su verdadera naturaleza. Los siguientes flashbacks revelan una pasión -escapista- por el cine y que la sonrisa fingida que le pedía su madre para contentar a sus amantes, le abrió las puertas de su carrera como actriz. La frase final de Whitney, voy a ser "lo que quiera ser", es un alegato feminista pero también se refiere a la capacidad de los actores de vivir muchas vidas. Buen episodio.

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