AGENTES DE S.H.I.E.L.D -TEMPORADA 3- 4,722 HORAS


4,722 HORAS (27 DE OCTUBRE DE 2015) -AVISO SPOILERS-

El título de este episodio es una divertida referencia a 127 horas (Danny Boyle, 2010), ya que desvela -por fin- lo que le ocurrió a la agente Jemma Simmons (Elizabeth Henstridge), que tuvo que sobrevivir (casi) en solitario durante esas 4 mil horas en un extraño planeta extraterrestre. Estamos ante un "episodio embotellado". Se trata de un término utilizado para definir esos capítulos de una serie de televisión en los que los protagonistas se pasan toda la historia encerrados en un solo decorado, o que se centran en un único personaje secundario. Podemos imaginar al productor diciendo a sus guionistas: hay que ahorrar dinero. La expresión "episodio embotellado" proviene de la serie clásica de Star Trek (1966). Cada vez que los actores leían en el guión que se iban a pasar todo el capítulo dentro de la nave Enterprise, hablaban de un episodio en un "barco embotellado". En inglés tiene más sentido, ya que "barco" es ship, que vale también para referirse a una nave espacial. En la historia de la ficción televisiva hay grandísimos episodios embotellados. Mis preferidos son El restaurante chino, de Seinfeld (1989-1998), que transcurre enteramente con los protagonistas esperando una mesa. Y por supuesto, Fly, el de la mosca en Breaking Bad (2008-2013).


En este episodio de Agentes de S.H.I.E.L.D, los guionistas consiguen convertir un episodio embotellado en una gran aventura de supervivencia en clave de ciencia ficción. Esto con recursos de producción mínimos: solo hay dos personajes en un descampado que, gracias a unos virados azules, parece un inhóspito planeta extraterrestre. Recordemos que un extraño monolito -de origen Kree- que abre portales desde la Tierra se tragó a la protagonista, Simmons. El concepto tiene orígenes tan ilustres como la novela Una princesa de Marte (Edgar Rice Burroughs, 1917) -adaptada en John Carter (Andrew Stanton, 2012)- el personaje de DC Comics, Adam Strange (1958) o la creación de Richard Corben, Den (1973). A esto hay que añadir la idea de un náufrago galáctico: recordemos la serie Perdidos en el espacio (1965-1968), cuyos episodios, por cierto, parecían todos "embotellados".


Este capítulo "embotellado" es para mí el mejor de la serie hasta ahora. Sobre todo porque no se desvía de las tramas habituales, sino que hace progresar de forma sorprendente la historia romántica más desarrollada de Agentes de S.H.I.E.L.D. Pensadlo bien. Llevamos dos temporadas esperando que Simmons y Fitz (Iain De Caestecker) comiencen una relación y cuando por fin él se decide a invitarla a salir... ella desaparece por un agujero de gusano. Ahora descubrimos que en el planeta al que llegó Simmons había otro náufrago, un romántico astronauta valiente y guapísimo con el que estuvo obligada a convivir gran parte de esas 4,722 horas. Era imposible no enamorarse.

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