AGENT CARTER -TEMPORADA 2- THE ATOMIC JOB



THE ATOMIC JOB (9 DE FEBRERO DE 2016) -AVISO SPOILERS-

En sus mejores momentos, Agent Carter recuerda a una serie B de Ciencia Ficción. Pensad en directores como Jack Arnold, Jacques Tourner y Edgar G. Ulmer, que hicieron clásicos del Fantástico con presupuestos mínimos. Aquí, se plantean ideas como la "materia cero" o explosiones atómicas que rasgan el tejido de la realidad, sin grandes efectos especiales, todo evocado en conversaciones entre los personajes. La ambientación de la serie, en los años cincuenta, ayuda definitivamente a producir esta sensación. Solo faltaría hacerla en blanco y negro.


Esta factura de serial de aventuras es el vehículo para temas y preocupaciones actuales, como el papel de la mujer en la sociedad. Peggy Carter (Hayley Atwell) debe luchar contra la desconfianza de sus jefes masculinos. El conflicto reaparece aquí cuando la agente propone a Rose (Lesley Boone) para una peligrosa misión. El jefe Sousa (Enver Gjokaj) no cree que esta -de físico no precisamente atlético- esté preparada, pero Rose superará las expectativas saliendo victoriosa en una contundente pelea a puñetazos con un esbirro enemigo. También es cierto que Sousa no confía tampoco en las habilidades del doctor Sambrely (Matt Braunger). Lo bueno es que este feminismo de Agent Carter no impide colocar a la atractiva Hayley Atwell en situaciones moderadamente picantes y vestirla con modelitos que resaltan sus atributos. Hay un subtexto sobre el acoso sexual en la escena en la que Carter engaña al oscuro empresario Hugh Jones (Ray Wise) -Peggy incluso tiene que quitarle los pantalones para hacerse con la llave que necesita-. Algo similar ocurre en la violenta escena en la que el mafioso Manfredi (Ken Marino) golpea a uno de sus matones por "mirar" a la guapa actriz Whitney Frost (Wynn Everett).


El otro elemento que distancia a Agent Carter del inocente serial de aventuras es un humor postmoderno. Esta temporada incluye momentos de comedia pura: el mayordomo Jarvis (James D´Arcy) ha adoptado ya el papel de contrapunto -sidekick- cómico para la agente. Pero hay más. El inhibidor de memoria creado por Sambrely -con tintes paródicos de James Bond- es un gadget que da pie a un gag con el personaje de Ray Wise que utiliza la palabra "agent" como running gag. Apuntemos también el plano ralentizado del equipo de espías -nada heróico- que capitanea Carter: Sousa lleva muleta, Rose tiene sobrepeso, Sambrely es un nerd y Jarvis tiene andares afeminados. El plano es una cita clara -y ya manida- a Reservoir dogs (Quentin Tarantino, 1992) que a su vez robaba de Grupo salvaje (Sam Peckinpah, 1969).



Por último resaltar que la guionista Lindsay Allen propone una estructura argumental que divide a los personajes en tres parejas, al principio del episodio, que viven momentos muy similares: el fantasmal Jason Wilkes (Reggie Austen) asusta a Peggy al intentar despertarla; Sousa sorprende a su novia enfermera infiltrándose en su casa; y Whitney atemoriza al político Calvin Chadwick (Currie Graham) cuando le dice que le necesita para una misteriosa misión. Estas escenas constituyen el planteamiento de la historia y se reflejan al final de la misma en otras tantas que nos muestran a las mismas parejas, en conflicto. Así, Chawick ya no se fía de la peligrosa Whitney; la presencia de Peggy despierta los celos en la enfermera prometida de Sousa y Wilkes desaparece completamente.

CAPÍTULO: SMOKE & MIRRORS

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