CRÓNICA DE NOCTURNA 2016 -SEGUNDA PARTE-


Llevo ya tres días perdido en una extraña dimensión conocida como Nocturna, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid. ¿Y cuál es el mayor placer de un evento como este? Pues dejarse llevar, meterse cada día en una sala de cine sin saber qué te vas a encontrar. No he podido ver todas las películas que habría querido -¡Tengo un hijo de dos años y medio!- pero me he llevado alguna sorpresa agradable. Así que, aquí van las reseñas de estos días...


PATIENT (JASON SHEEDY) #NOCTURNA2016

La brujería está de moda en el cine de terror -véase La Bruja (2015) o Lords of Salem (2012)- y la vertiente de los cultos o las sectas destructivas, también -The Sacrament (2013)-. La primera película de Jason Sheedy incide en ambos subgéneros con una idea muy inteligente y original: si en una película de miedo siempre hay que justificar el que las víctimas no salgan huyendo, aquí la protagonista se encuentra ingresada y paralizada. Un hospital, además, es de esos lugares en los que nadie quiere permanecer demasiado tiempo. Por último, la heroína tampoco podrá pedir ayuda ya que su voz desencadena oscuras fuerzas asesinas. Con estas ideas, Sheedy consigue crear imágenes inquietantes con muy pocos recursos y valiéndose de unos efectos especiales sencillos pero creíbles. Probablemente su planificación es mejorable en el uso del espacio dentro de los planos para generar tensión; pero Sheedy destaca por su soberbio uso del fuera de campo, utilizando todo tipo de recursos -reflejos en pantallas, espejos y superficies brillantes- para compensar la falta de medios. El viejo -pero efectivo- truco de sugerir antes que mostrar. Estamos ante una ópera prima muy interesante que solo tropieza en su tramo final cuando el guión falla al exponer un sorprendente giro final.


THE LESSON (RUTH PLATT, 2015) #NOCTURNA2016

"La letra con sangre entra", podría ser el título alternativo de The Lesson -La lección- cuyo eslogan revela sus intenciones más profundas: solo la educación te hace libre. Ruth Platt, actriz británica, se estrena aquí como directora con su primer largometraje. Su film se podría definir como una mezcla de la denuncia social de Felices dieciséis (Ken Loach, 2002) y el torture porn de Hostel (Eli Roth, 2005). Los protagonistas son jóvenes que rozan la delincuencia, sin padres, sin futuro y sin ningún tipo de esperanza. Platt rueda la vida de estos chavales con buen ojo, edulcorando un poco las imágenes y con sensibilidad indie. No odiamos a estos mocosos, sino que entendemos sus circunstancias. Es entonces cuando se desencadena el conflicto central: un profesor de instituto constantemente humillado decide secuestrar a los muchachos, torturarles y de paso, enseñarles a pensar. La directora no consigue demasiada intensidad en las escenas sangrientas pero quizás tampoco sea esa su prioridad. Prefiere poner el acento en el discurso didáctico y filosófico del profesor, un estupendo Robert Hands, que se hace dueño de la función. The Lesson entretiene pero da también qué pensar y desde luego es una estupenda carta de presentación para Ruth Platt. Habrá que estar atentos.


SENSORIA (CHRISTIAN HALLMAN, 2015) #NOCTURNA2016

Una mujer, porque casi siempre es una mujer, deja atrás un drama personal y se muda a una nueva casa. El inmueble, como la protagonista, suele tener también un pasado trágico. Sensoria, del sueco Christian Hallman, recorre caminos ya muy transitados. Es inevitable pensar en Roman Polanski y su Repulsión (1965) y El quimérico inquilino (1976). Los traumas de una maternidad frustrada nos hacen pensar también en una obra más reciente, Babadook (2014). Lo malo de las comparaciones es que suelen ser odiosas, sobre todo si los referentes son tan ilustres como estos. El director de Sensoria no consigue crear la atmósfera necesaria para inquietar -parece buscar un resultado estético antes que despertar emociones- y los sustos de la primera mitad del film tienen una intensidad tan baja que la película ocurre sin demasiado interés mientras vemos grifos que gotean, puertas que se cierran y todo el catálogo habitual de ruidos extraños y vecinos excéntricos. Como suele ocurrir en estos casos, el misterio sobrenatural -muy poco interesante- podría ocurrir en la mente de la protagonista. Pero la dirección no es lo suficientemente ambigua como para hacernos dudar de si lo que ocurre es sobrenatural o imaginario. Sea como sea, a alguien le ha debido gustar esta película, porque ganó el premio del público en Fantasporto.

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