JOHN LANDIS EN UN PLAYLIST



John Landis ha sido el gran homenajeado este año en Nocturna y... ¿Cómo? ¿Qué no sabes quién es John Landis? Pues ya te digo yo que sí. Es imposible que exista alguien que haya estado vivo en los años 80 y no haya visto Granujas a todo ritmo (1980), Entre pillos anda el juego (1983), El príncipe de Zamunda (1988) o el videoclip de Michael Jackson, Thriller (1983). ¿O no? Por eso, el Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid, ha celebrado el 35 aniversario de Un hombre lobo americano en Londres (1981) -la mejor película de Landis- y ha proyectado Burke and Hare (2010) -la última-. Yo os propongo un recorrido musical por la filmografía de John Landis. Sí, sí, musical. Porque este buen hombre tiene la costumbre de meter canciones enteras en sus películas. Temazos como estos...



Shake a Tail Feather es solo una de las canciones de Granujas a todo ritmo (1980), el único musical que soporto. Pero la voz de Ray Charles y la coreografía en plena calle transmiten una energía y un buen rollo difíciles de superar.


The Greatest Love of All en El Príncipe de Zamunda (1988) fue el principio de ese horror que son las películas en las que Eddie Murphy interpreta a varios personajes. En esta, el cómico se convierte en Randy Watson, frontman de la banda Sexual Chocolat, con la que conseguía un altísimo nivel de vergüenza ajena.


Blue Moon por Sam Cooke en Un hombre lobo americano en Londres (1981). Landis utiliza esta canción para acompañar la transformación en licántropo diseñada por Rick Baker, que ganó el primer Oscar al mejor maquillaje. Hay tres versiones de Blue Moon en la película -la más molona es la de The Marcels-. También es mítica Bad Moon Rising de Creedence Clearwater Revival, que aparece en la secuencia en la que el protagonista, nerviosillo, hace tiempo hasta que sale la luna llena. 



Thriller (1983). No soy fan de Michael Jackson y no creo que esta sea su mejor canción, pero desde luego estamos ante el mejor videoclip de todos los tiempos. Impresionado por Un hombre lobo americano en Londres, Jackson contrató a Landis, que se trajo al maquillador Rick Baker para la transformación en criatura-gato del rey del Pop. Además, están los famosos zombies que bailan y la voz de Vincent Price -otro homenajeado este año en Nocturna- con su famosa carcajada final.



Shout en Desmadre a la americana (1978) es para mí el mejor momento musical de la filmografía de John Landis. La película puede haber envejecido un poco, pero mantiene intacta la frescura de lo improvisado y un espíritu anárquico irrepetible. Los ficticios Otis Day and the Knights montan un fiestón en el que hay buen rollo y euforia. A los americanos les encanta hacer el bailecito este en sus bodas. Mucho mejor que Paquito el chocolatero.

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