Mentir o decir la verdad. En este capítulo de Juego de Tronos, los personajes son colocados en situaciones en las que deben elegir entre ser honestos o engañar. En esta serie, el diálogo -más que la acción- es la principal herramienta narrativa para hacer avanzar la historia. Los personajes -casi siempre enfrentados- hablan entre ellos intentando manipular, convencer y seducir. La mentira por tanto es un arma. Veamos.
Lo que más me ha gustado es que este juego de verdadero o falso es establecido de una forma muy clara en el planteamiento de la historia. Arya Stark (Maisie Williams) continúa su aprendizaje en Braavos, bajo la tutela de Jaqen H´ghar (Tom Wlaschiha). Arya debe pasar una serie de pruebas para adentrarse en el misterio de la fe en el Dios de los Mil Rostros. En la primera prueba, The Waif (Faye Marsay) le narra a Arya su propia historia y luego la desafía a adivinar si lo que le ha contado es verdadero o falso. A continuación, Arya le cuenta su vida real a Jaqen -en Juego de Tronos siempre viene bien recapitular- y éste la golpea acusándola de mentir con cada frase. Tras esto, la niña parece haber aprendido el "juego". Un hombre se presenta en la Casa de Blanco y Negro pidiendo ayuda para su hija enferma. Arya se acerca a la niña y le cuenta una historia inventada para darle esperanza. Esa mentira le vale el acceso a una cámara secreta de gigantescas columnas adornadas con cabezas humanas. El Dios de los Mil Rostros.
El primer plano de la siguiente historia es un engaño: Jorah Mormont (Iain Glen) no ha querido decir que ha contraído la psoriagris a su compañero de viaje, Tyrion Lannister (Peter Dinklage). Es la primera mentira. Pero no la única. Emboscados por esclavistas, Tyrion debe utilizar su lengua -su inteligencia- para convencer a sus captores de que les perdonen la vida. Para ello se ve obligado a decir que su órgano reproductor masculino no es precisamente "enano" ¿Miente Tyrion? No lo sabemos, pero luego el mediano cuenta la verdad sobre Jorah, que realmente es un gran guerrero. Ambos consiguen salvar la vida, por ahora.
En Desembarco del Rey, Petyr Baelish (Aydan Gillen) se enfrenta al nuevo orden impuesto por la fe de los gorriones. Considera esta religión meras "fantasías", o lo que es lo mismo, mentiras para controlar al pueblo. Petyr se enfrenta luego con Cersei (Lena Headey) en el cara a cara más intenso de este capítulo. Los dos personajes son probablemente igual de manipuladores y falsos. Meñique llega al extremo de ofrecerle a Cersei la cabeza de Sansa Stark (Sophie Turner) que hasta ahora era su protegida. ¿Sería capaz de hacer eso Petyr? ¿O miente para convencer a Cersei?
En Desembarco del Rey, Petyr Baelish (Aydan Gillen) se enfrenta al nuevo orden impuesto por la fe de los gorriones. Considera esta religión meras "fantasías", o lo que es lo mismo, mentiras para controlar al pueblo. Petyr se enfrenta luego con Cersei (Lena Headey) en el cara a cara más intenso de este capítulo. Los dos personajes son probablemente igual de manipuladores y falsos. Meñique llega al extremo de ofrecerle a Cersei la cabeza de Sansa Stark (Sophie Turner) que hasta ahora era su protegida. ¿Sería capaz de hacer eso Petyr? ¿O miente para convencer a Cersei?
Mientras tanto en Sevilla... perdón, en Dorne, dos jóvenes se hacen promesas que suelen ser falsas: las de amor. Lo curioso es que el matrimonio entre Myrcella (Nell Tiger Free) y Trystanne (Toby Sebastian) es concertado, o sea que es falso, pero ellos se quieren de verdad. El problema es que esto no lo sabe el padre/tío de Myrcella, Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau) quien, acompañado por Bronn (Jerome Flynn) intenta liberarla. No lo consigue y son capturados por la guardia real tras una pelea con las Serpientes de Arena.
De nuevo en Desembarco del Rey, el tema de la verdad y la mentira cobra protagonismo en el juicio contra Loras Tyrell (Finn Jones) acusado por el Gorrión Supremo (Jonathan Pryce) de homosexualidad. Previamente, Cersei ha engañado a Olenna Tyrell (Diana Rigg) asegurándole que no tiene nada que ver con la acusación y que no hará falta un juicio. Todo mentiras. Loras es obligado a declarar y, por supuesto, miente para salvarse. Su hermana, Margaery Tyrell (Natalie Dormer), es solicitada como testigo y también miente. Pero entonces aparece un testigo sorpresa, un escudero y amante de Loras que, al decir la verdad, condena a los hermanos.
Por último, en el Castillo Negro, Sansa Stark no cae en el engaño de Myranda (Charlotte Hope) que intenta atemorizarla. Sansa descubre enseguida la verdad: que se trata de una amante de Ramsay Bolton (Iwan Rheon) que se siente amenazada por ella. La sagacidad de Sansa, lamentablemente, no la salvará de una boda falsa en la que se ve obligada a hacer promesas vacías. Paradójicamente, el cruel Ramsay le pide a Sansa que no mienta sobre su virginidad antes de consumar el matrimonio. Lo peor es que, quizás, Myranda decía la verdad sobre el sadismo de Ramsay, que acaba forzando a Sansa y obliga a mirar a un aterrorizado Theon Greyjoy (Alfie Allen).
Por último, en el Castillo Negro, Sansa Stark no cae en el engaño de Myranda (Charlotte Hope) que intenta atemorizarla. Sansa descubre enseguida la verdad: que se trata de una amante de Ramsay Bolton (Iwan Rheon) que se siente amenazada por ella. La sagacidad de Sansa, lamentablemente, no la salvará de una boda falsa en la que se ve obligada a hacer promesas vacías. Paradójicamente, el cruel Ramsay le pide a Sansa que no mienta sobre su virginidad antes de consumar el matrimonio. Lo peor es que, quizás, Myranda decía la verdad sobre el sadismo de Ramsay, que acaba forzando a Sansa y obliga a mirar a un aterrorizado Theon Greyjoy (Alfie Allen).
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