ALL HAPPY FAMILIES ARE ALIKE (4 DE MAYO DE 2015) -AVISO SPOILERS-
El último episodio de la primera temporada de Gotham resume los defectos que han lastrado la serie hasta ahora. La historia principal es la guerra de bandas entre los mafiosos Carmine Falcone (John Doman) y Sal Maroni (David Zayas). Recordemos que esta trama ha estado presente desde el primer capítulo: Oswald Cobblepot (Robin Lord Taylor) anunciaba una guerra que no ha estallado hasta ahora. El capítulo se abre, precisamente, con la reaparición en Gotham -se veía venir- de Fish Mooney (Jada Pinkett Smith). Ella completa el cuarteto de criminales que se enfrentan para hacerse con el poder en la ciudad. El problema es que tengo la sensación de que esta historia no ha tenido una auténtica progresión dramática, sino que nos la han contado a saltos. La guerra de bandas, como tal, tampoco llegamos a verla realmente: se han esmerado muy poco en contarnos las consecuencias de lo que debería ser un estallido de violencia que pondría en jaque a cualquier ciudad. Tenemos que conformarnos con un escueto informativo en la televisión. La idea de que Falcone se convierte en el blanco de los criminales tras ser ingresado en el hospital, podría haber dado para mucho más. James Gordon (Ben McKenzie) decide protegerle y ayudarle a escapar, pero el concepto -que podría haber estado en la línea de Asalto en la comisaría del distrito 13 (John Carpenter, 1976)- pierde fuelle por la necesidad de un final de temporada "potente". Esto suele traducirse en muertes sorprendentes, que las hay. Para mí el peor momento es el enfrentamiento -¡a golpes!- entre El Pingüino y Fish ¿No había una forma más inteligente de resolver esto? A pesar de momentos prometedores -los tiroteos, la fuga en ambulancia, el nuevo look de Selina (Camren Bicondova)- la historia principal me ha parecido decepcionante.
Por otro lado, la trama, digamos, secundaria, parece forzada. No tiene demasiada justificación que la doctora Leslie Thompkins (Morena Baccarin) se preste a hacerle una terapia pot-traumática a -la ex de Gordon- Babara Kean (Erin Richards). Ésta acaba confesando haber asesinado a sus padres y luego se lanza a matar a Leslie. Todo esto ocurre en un solo episodio, por lo que resulta, como poco, apresurado. Ni siquiera la "pelea de gatas" entre dos mujeres tan guapas ha conseguido divertirme. Mi lado friki se pregunta, además, como es posible que Barbara Kean sea la futura madre de Batgirl tras este brote psicótico. Y si no lo es, que el detective haya bautizado a su hija con el mismo nombre -Barbara Gordon- resulta poco coherente. A ver qué se inventan.
Hay otra subtrama, mínima, protagonizada por Edward Nygma (Cory Michael Smith), que tiene algún interés, pero resulta muy corta. Kristen Kringle (Chelsea Pack) descubre la pequeña "broma" de Nygma: ha ocultado sus iniciales en la -falsa- carta de despedida de su novio asesinado por el propio forense. Queda claro aquí que el futuro Enigma ya está loco.
Por último, tenemos la minitrama de Bruce Wayne (David Mazouz), que investiga el lado oculto de su padre en el reducido espacio de... su biblioteca. El resultado de sus pesquisas marca el final del capítulo y es un golpe -bajo- para engancharnos a la siguiente temporada: la entrada a la Batcueva. Se veía venir.
CAPÍTULO ANTERIOR: THE ANVIL OR THE HAMMER
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